Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

viernes, 14 de octubre de 2016

Batiburrillo

Se escribe de las vivencias, de lo que se oye y se observa, de lo que ocurre cada día y, naturalmente, de las lecturas. Todo el mundo tiene derecho a emitir su parecer. Ahora bien, no todas las opiniones tienen el mismo peso. Lo cual no deja de ser una perogrullada. Empiezo a largar:

La Fiesta del 12 de Octubre ha sido, una vez más, motivo de enfrentamientos entre españoles. Así que a mí se me ocurre dar una definición de aztecas. Habitantes de México -en esta ocasión desisto de escribirlo con j-, tan civilizados que ya sabían sacar el corazón a sus víctimas. Precursores de la vivisección.

Los consejos no son ni bien recibidos ni agradecidos. Aun así, creo conveniente recomendarles a quienes repudian la celebración del día de la Hispanidad que lean el Capítulo VII, titulado España y sus Indias, correspondiente al libro de Antonio Dominguez Ortiz: España. Tres milenios de Historia. Merece la pena. Al menos para tener una idea de lo que se habla.

Dos Españas: Larra y Machado hablaban de las dos Españas con una insistencia rayana en la tozudez; qué lejos estaban ellos de pensar que acabaríamos teniendo diecisiete comunidades autónomas y dos ciudades autónomas. Incluso así, para no decir España, fíjense lo que se inventan los sujetos que sienten aversión por su país: "Incendios por toda la geografía nacional".     

Mi admirado Luis Díez Jiménez, en su Diccionario del español eurogilipuertas, augura que terminarán diciendo: incendios por toda la península sudoeste de Europa, por toda la región de las Hespérides o por toda nuestra piel de toro, pero decir España, ¡lagarto, lagarto! Y acertó de pleno.

Pablo Iglesias, es la segunda vez que lo digo, es más cursi que las señoritas de Sicourt; hijas de un sastre francés, residente en Cádiz. Tal es así que le sacaron una cancioncilla que los gaditanos han oído entonar a sus antepasados y cuyo estribillo era: "Las niñas de Sicur, Sicur, Sicur, Sicur... A mí, que entiendo poco de sutilezas, eufemismos y neologismos cursis, el lenguaje del dirigente de Podemos, me recuerda a un locutor que era tan fino que, en lugar de noticias, daba novedades novedosas. Ni Cantinflas lo mejoraba.

Ladrón de ahora: palabra inexistente, pues siempre se dice presunto ladrón. Así que damos por supuesto que Francisco Correa es una persona honradísima. Lo cual hace que la gente se pregunte si merece la pena votar; si el voto sirve para algo. Las dudas acerca de la utilidad del voto siguen aumentando. Nada que ver con el entusiasmo con que se acudía a las urnas hace casi cuarenta años.




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