Ganarle al Sevilla en su casa es muy difícil. Porque, además de tener un magnífico equipo, el Sánchez Pizjuán es una olla de presión. Un auténtico infierno. Hasta el punto de que la pasión desbordada de sus aficionados conmina, aturde y aflige en muchos momentos a los jugadores rivales. Para ganarle al conjunto hispalense hay que mostrarse muy firme hasta el final. Y el Madrid ha perdido el oremus durante cuatro o cinco minutos. Los justos para dejarse tres puntos de suma importancia en la capital de Andalucía.
El planteamiento de Zidane ha sido bueno. Muy bueno. Pero conviene decir que ni Cristiano ni Benzema ayudaron lo más mínimo para que hubiera sido extraordinario y rentable. Es curioso, en una defensa con tres centrales, Ramos, actuando en el centro, rendía plenamente. A pesar de tener que soportar una sarta de insultos cada vez que intervenía. Cierto es que tanto Nacho como Varane también daban muestras de firmeza.
Con Carvajal y Marcelo adelantados, tratando de evitar las subidas de Mariano y Escudero, amén de incorporarse al ataque cada dos por tres, y formando una línea de cinco en el medio campo con Modric, Casemiro y Kroos, el Madrid sufría las embestidas de Vitolo y el poderío de N'zonzi. El primero estuvo durante el primer cuarto de hora llevando a Carvajal por la calle de la amargura. Menos mal que bien pronto comenzó a dejarse ver Modric y fue metiéndole el miedo en el cuerpo al equipo dirigido por Sampaoli. A la vera del croata principiaron a crecer Casemiro y Kroos; quienes se habían achicado ante los ímpetus de N'zonzi y en menor medida de Ibarra.
El Madrid tuvo sus oportunidades de gol. La más clara fue un pase de Benzema a Cristiano. Fallado por el portugués. Quien parecía estar en Babia. Los dos delanteros del Madrid no supieron nunca sacarle rédito al enorme trabajo de sus compañeros del medio campo. Anduvieron lentos, apáticos y ni presionaron a sus marcadores ni muchos menos trataron de molestar a N'zonzi para que éste no pudiera mantener al Sevilla equilibrado y con aspiraciones de triunfo.
Poco a poco el Madrid (con el juego de Modric, la colocación de Casemiro y su bregar constante, la movilidad de Carvajal y Marcelo, así como la firmeza de Varane, Ramos y Nacho) se fue imponiendo. Así que llegó el penalti y con él el gol de Cristiano. Kroos fue susitutido por Kovacic y el Sevilla parecía que esta abocado a perder otra vez con el conjunto merengue.
Sampaoli dio entrada a Sarabia, cuya pierna izquierda es también inquietante para porteros y defensas, y a un tal Jovetic, que ha conseguido hacerle ya dos goles al equipo de Zidane. El primer centro de Sarabia hizo posible que Ramos marcara otro gol en los últimos minutos. Si bien, en esta ocasión, introdujo el balón en la portería defendida por Navas. Desafortunada intervención del jugador de Camas en un día tan señalado para él, y precisamente cuando su actuación estaba siendo inmejorable. A partir de ahí el Madrid se durmió en los laureles y el Sevilla aprovechó su momento para obtener una victoria con la que ya no soñaba. Adiós al récord... Que es lo de menos. Lo peligroso es que Barcelona y Sevilla están ya atosigando al líder.
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