Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

domingo, 22 de enero de 2017

Emilio Carreira

Entre octubre de 2004 y septiembre de 2005, Emilio Carreira lo pasó mal. Había apostado por la presidencia de su partido y se las tuvo tiesas con el otro candidato. Y más que tiesas, que me suena a eufemismo, la disputa entre aspirantes alcanzó niveles de gresca destemplada, imperó la acritud, y hasta hubo denuncias que debieron evitarse. Puesto que lo ocurrido no beneficiaba a nadie.

Tras perder las elecciones, aunque por muy poco margen, EC, por ser inteligente, se dio cuenta de que había quedado en una situación desairada. Expuesto a la inquina de quienes esperaban ese momento para cebarse con él. Y si era posible darle por retambufa hasta aburrirlo. A ver si de esa manera se iba del partido.

Pasado el mal trago de aquellas elecciones por la presidencia del Partido Popular de Ceuta, hallé al entonces consejero de Economía y Hacienda sentado en una terraza céntrica y aproveché la ocasión para charlar con él. Y me pareció que los hechos ocurridos le habían afectado a su forma de ser. Así que me atreví a recomendarle que levantara el ánimo.

Y Emilio Carreira, echando mano de la raza que lo distingue, saltó como un resorte para contestarme que estaba más fuerte que nunca y que, por lo tanto, no estaba muerto políticamente. Así que le requerí una entrevista. Y al día siguiente me presenté en su despacho. Y lo encontré eufórico en todos los sentidos. Cierto es que el haber sido padre, entonces -si la memoria no me falla-, estaba influyendo en el estado de optimismo que presentaba.

En aquella entrevista, y dado que mis relaciones con Juan Vivas no eran las mejores, se me ocurrió preguntarle por él. Y ésta fue su respuesta: "Sigo dispuesto a prestarle a Juan Vivas todo mi apoyo para que éste se convierta en el presidente de un partido muy necesitado de restañar heridas recientes. Y también haré hincapié para que en el seno del partido se revise lo que se ha venido haciendo mal cuando disfrutábamos de un poder omnímodo".

En aquella entrevista, y a modo de presentación, escribí así: "Emilio Carreira es educado, sin duda; pero jamás trata de hacerse el simpático o de ganarse el afecto de los demás porque sí o porque sea bueno para la causa que representa. Le molesta hacerse pasar por lo que no es y nunca ha negado, al menos a mí, que no vale para repartir sonrisas ni dar abrazos a las farolas. Es su modo de ser y conviene tenerlo en cuenta a la hora de enjuiciarlo. De lo contrario, uno nunca sabrá a qué atenerse con un hombre cuya timidez es tanta cual peligrosa cuando decide soltarse el pelo. Es la ira de los tímidos y de la cual  es mejor alejarse en su momento culminante".

Hace días, pocos días, estuve hablando con el consejero de Medio Ambiente. Y le pregunté por Juan Vivas. Y volvió a ratificarse en lo que ya dijo hace un porrón de años. Y, cuando me pidió mi parecer al respecto, se lo di sin tapujos. Y a partir de ahí la conversación cambió su curso para adentrarse por otros meandros.


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