Ernesto Valverde sabe perfectamente, como todos
los entrenadores del mundo, que el Madrid flaquea por los costados. Que sus
laterales sufren lo indecible cuando se miden con jugadores veloces. Y no dudó
en jugar sus bazas con un sistema tan ofensivo como valiente. Lo que parecía un
4-2-3-1 del conjunto vasco, no dejaba de ser un 4-2-4 que no le daba ni un
momento de respiro al equipo madridista. Por delante de Beñat e Iturraspe,
medios centros los dos, Williams y Lecue hacían de extremos con el fin
de que sus centros hallaran los remates de Raúl
Garcia y Aduriz. Ambos tan
dispuestos a la lucha como a la bronca con sus adversarios.
RG es conocido por la aversión que le tiene al Madrid desde que jugaba en Osasuna y Atlético
de Madrid. Aduriz, magnífico rematador, tiene además, debido a los muchos
años cumplidos, el colmillo retorcido. Así que en ellos confiaba su entrenador
para poner en evidencia a Nacho y Sergio Ramos. Menos mal que ambos han
rayado hoy a gran altura. Tal es así que a ellos les debe su equipo haber
salido victorioso de un estadio donde sólo el Barcelona ha ganado hasta el
momento.
Nacho y Sergio
Ramos, con la enorme ayuda de Casemiro,
han estado insuperables. De no haber sido así, ahora mismo estaríamos hablando
de un triunfo del Athletic por mor de la pésima actuación de Carvajal y Marcelo. Ambos han estado todo el partido a merced de Lecue y sobre todo de Williams. De modo que el Madrid anduvo
bastantes minutos agobiado y sudando la gota gorda.
Menos
mal que Benzema, tantas veces
tachado de abulia y holgazanería, decidió ponerse a disposición de todas las
líneas y fue sacando a sus compañeros de la presión a que estaban siendo
sometidos y que no les auguraba nada bueno. Y pronto llegó su gol: balón de Casemiro a Cristiano al espacio libre y el pase de éste lo envió Benzema a la red. Corría el minuto 24 y el Madrid vio el cielo
abierto.
Eso sí,
Lecue y Williams no cejaban en su empeño de mostrarse mucho más veloces que
sus marcadores y sus llegadas con centros precisos ponían de los nervios a Keylor Navas. Bale, que
había salido con la misión de echarle una mano a Marcelo y también poner a prueba a De Marcos para tratar de desconectar su enlace con el ya reseñado Williams, no hizo bien ninguna de las
misiones concretas.
El
empate se veía venir. Mucho antes de que Zidane
decidiera retirar a Modric y darle
entrada a Lucas Vázquez para, al
menos, sofocar el incendio que también existía por la banda de Carvajal. Momentos confusos, aprovechados por Aduriz para empatar el partido. Y todo
parecía indicar que el Madrid acabaría siendo víctima por no saber cerrar las
bandas e impedir los centros desde los costados.
Fue
entonces cuando surgió Casemiro y
llevó a la red un balón perdido en el área chica tras un córner sacado por Kroos. Gol marcado por el brasileño en
el minuto 67. A partir de ahí siguieron los cambios: Cristiano por Isco y, posteriormente, Benzema por Morata. Cristiano se
esforzó más que en otras ocasiones. En lo tocante a Modric -lo mismo se puede decir de Kroos-, no está al nivel que en él suele ser habitual.
Ganó el Madrid en sitio muy difícil. Repito: en El Estadio de San Mamés sólo el Barcelona lo ha logrado. Pero los laterales del Madrid han vuelto a ofrecer tantas muestras de debilidad como para que sus próximos rivales estén frotándose las manos.
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