Sampaoli, Piqué y Del Bosque

Jorge Sampaoli venido a menos

Hasta ahora ha sido el entrenador de moda en España. A pesar de tener como asistente a Juanma Lillo. Quien fue motejado muy pronto como juanmalillo. Porque impartía lecciones de fútbol a troche y moche sin que éstas fueran asimiladas por los jugadores de los equipos que dirigía. Tal vez porque los saberes del técnico tolosarra, le oí decir un día a un periodista, eran superados por el gafe que siempre le ha acompañado. De haber vivido mi admirado Jaime Campmany, yo no habría dudado en preguntarle al respecto. Porque era experto en cuestiones relacionadas con aguafiestas, cenizos y cuestiones de mala sombra. El caso es que lo que mal empieza mal acaba. Y el Sevilla, que principió la temporada dando una de cal y dos de arena, para luego deslumbrar durante meses, ha caído  frente al Leicester entrenado por Shakespeare. El cual ha demostrado que se puede ganar jugando con argumentos exentos de barroquismo. No me extraña que Sampaoli haya reconocido que se le ha escapado un sueño. Algo a lo que está acostumbrado su asistente: Juan Manuel Lillo. Alias juanmalillo.

Piqué enfurecido

Es una noticia que leo muy de mañana en un periódico digital. Y no me hago a la idea de que la ira haya podido adueñarse de un catalán famoso, rico, guapo y que además es muy dado a expresarse mediante ironías y sarcasmos en las redes sociales.  Un ser inteligente, según nos dice a cada paso Alfredo Relaño, director del Diario As, para quitarle hierro a las bromas de mal gusto con las que a veces nos obsequia futbolista tan reputado. Luego me entero de que la culpa de la cólera mostrada por Gerard Piqué ha sido el siguiente titular correspondiente a un reportaje sobre la vida amorosa de su pareja.  “Los hombres que pasaron por la  cama de Shaquira antes de Piqué” (diario Gol). Y, por más vueltas que le doy al asunto, no veo motivos para que el futbolista haya perdido los nervios. Es más, no creo que ello haya sucedido. Y me explico: un amigo mío, tipo estupendo y también riquito ilustre, me dijo lo siguiente en una ocasión: Margarita era azafata del aire cuando nos conocimos. Había aprovechado bien su vida de soltera. Nos reímos mucho cuando descubrimos que ella había conocido más hombres que yo mujeres. Lo cual no me molestó en absoluto. Es más, creo que su experiencia representa una garantía de estabilidad para el futuro. Cuando uno se enamora de una mujer así, o divorciada, no hay que pensar en la exclusividad.

 Vicente del Bosque premiado

Cuando hayan visto la luz estas líneas ya habrá recibido Vicente del Bosque el Premio Blanquerna –en Madrid- de manos del presidente de la Generalitat Carles Puigdemont. Premio que recibe el salmantino “por su personalidad siempre tendente a posicionamientos públicos favorables al diálogo y a la concordia”. De los mansos me libre Dios que de los bravos me libro yo. Lo digo porque no tienen desperdicios las repuestas del ex seleccionador nacional a las preguntas que le fueron hechas en la RAC1 acerca del partido Barça-PSG. “Me entusiasmó y me gustó que el Barça pasara ante el PSG. Igual que me entusiasmó lo del Barça, ayer me supo muy mal que el Sevilla no pasara”. Hasta aquí nada que objetar a las contestaciones del marqués. Lo lamentable es lo siguiente: Del Bosque no se cortó lo más mínimo en decir que el Barça no pasó la eliminatoria por los árbitros. Pasó por el coraje que le pusieron sus jugadores. El cinismo no concuerda con el buenismo. También habló Del Bosque del derecho a decidir y de cuestiones políticas. Y dijo que, aunque él no quiere que Catalunya se vaya de España por creer que ello sería un desastre, todo el mundo tiene derecho a que se respete lo que piensa. Y sobre todo a decidir. ¿Qué habría dicho el señor Del Bosque de haber sufrido la selección española de su época un arbitraje como el padecido por el París Saint Germain –de Unai Emery- en el Camp Nou? En fin, se me ocurre la siguiente pregunta: ¿sabe el señor marqués de Del Bosque que no hay peor racismo que el nacionalismo?