Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

jueves, 2 de marzo de 2017

Zidane ha perdido el oremus

Lo que le ha ocurrido hoy al Madrid se veía venir a una legua. Mucho antes de que el equipo perdiera en Valencia y estuviera a punto de hacerlo en Villarreal. Porque tener una extraordinaria plantilla no es sinónimo de poseer un gran equipo que le permita a su entrenador despreciar a los rivales. Pues bien, Zidane ha dado en la manía de mirar a sus adversarios por encima del hombro.

El entrenador del Madrid -lo hemos dicho hasta la saciedad- no quiere enterarse de que un equipo que no domina el medio campo está condenado a sufrir lo indecible. Y expuesto a perder en cualquier momento ante rivales de medio pelo. Las Palmas que llevaba cuatro partidos sin ganar y que había marcado un solo gol, ha dado en el Bernabéu la sensación de ser la quinta maravilla del mundo. Gracias a que se ha encontrado enfrente a un rival debilitado en todas sus líneas.

Lo peor que le pudo pasar al Madrid fue que Isco obtuviera el primer gol en el minuto siete. Tanto que enmascaraba el desastre que se avecinaba en vista de la colocación de los jugadores de ambos conjuntos en el césped. Otra historia similar a la ocurrida en el Estadio de la Cerámica. Los canarios jugaban un 4-1-4-1 frente al ya clásico 4-3-3 ordenado por Zidane. Donde Isco decidió jugar a su aire, abandonando a su suerte a Kroos y Kovacic.

Kroos y Kovacic, además, no daban abasto para frenar la superioridad númerica con la cual se manejaba el equipo visitante en la zona ancha. Ora  distribuía el juego Roque Mesa, ora la controlaba Jonathan Viera, ora V. Gómez y así llegó el gol de Tana en el minuto nueve. Y a partir de ahí fue ya un recital de juego del conjunto dirigido por Quique Setién. La superioridad de los amarillos iba creciendo a medida que Jesé aumentaba su rendimiento.

El Madrid, perdida la zona ancha y el dominio del balón, volvió a evidenciar que su defensa es mala de solemnidad. Es verdad que carecen de ayudas por parte de los volantes y que éstos tampoco se ven protegidos por sus delanteros. Verdad que no necesita demostración.  Así que no entiendo por qué, ante tamaña desorganización, Carvajal y Marcelo juegan casi todo el tiempo en campo contrario. Incomprensible.

Tan incomprensible como para preguntarse: ¿Qué badajo hace Zidane como entrenador? ¿No se da cuenta de que eso de que sus hombres tengan que ganar o empatar mediante arreones a lo que salga es improcedente. El empate de hoy frente a Las Palmas es un resultado horrible que, aunque pudo ser peor, ha puesto de relieve que el entrenador del Madrid alinea a sus jugadores y les deja hacer de su capa un sayo.

El Madrid, si sigue Zidane haciendo de las suyas y dejando a sus jugadores que practiquen la anarquía a tutiplén, puede que hasta el Nápoles, que no es nada del otro mundo, lo elimine. De momento, el desastre de hoy le ha dado alas al Barcelona y al Sevilla. Que estarán deseando jugar cuanto antes en el Bernabeú.

La expulsión de Bale, consecuencia del malhumor acaparado por el galés ante el desastre que estaba viviendo, empeoró aún más lo que el Madrid estaba haciendo. El rídiculo ante un conjunto modesto que llevaba cuatro partidos sin ganar y habiendo conseguido un único gol. Las Palmas  ha salido del Bernabéu con la vitola de equipo grande. De haberlo sido, de verdad, el Madrid no habría obtenido ni siquiera el empate en pocos minutos.

Zidane está perdiendo el crédito con celeridad. Máxime cuando cuenta con una plantilla extraordinaria. Zidane ha perdido el oremus.
 







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