Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

viernes, 28 de julio de 2017

Antonio Cruces Ruiz



Nada más leer que el Pleno de la Asamblea había dado el visto bueno a la propuesta del Gobierno para concederle la Medalla de la Autonomía 2017 a Antonio Cruces Ruiz dije para mis adentros: merecido galardón el que le será otorgado a un empresario fetén.  

Un tipo dispuesto en todo momento a prestarle atención a quienes lo abordaban –y lo seguirán abordando- para solicitarle su ayuda. Sus empleados fueron siempre los mejores articulistas de su bonhomía.

La hombría de bien de Antonio Cruces la vislumbré yo la primera vez que hablamos en el Hotel La Muralla, tras serme presentado por otro amigo a quien suelo mencionar a cada paso para que su memoria permanezca vivita y coleando entre nosotros. 

Pues bien, válgame el introito para contarles por encima algo más mundano –dado que ACR  no ha sido capaz siquiera de inventar la fórmula para levantarse todos los días sin deseos de trabajar- acerca de este empresario a quien le gustaba sobremanera dejarse ver por la noche. Y debido a que yo era también un noctívago impenitente, coincidíamos muchas veces, allá por los ochenta/noventa, en sitios donde se le pudiera hacer un monumento a la tranquilidad.

Íbamos buscando el sosiego suficiente para tomar la copa de la amistad. Acompañada de la charla variada y, naturalmente, de las miradas discretas y siempre tan deleitosas. Mi amistad con Antonio Cruces no ha mermado aunque nos veamos de higos a brevas. Tan de tarde en tarde que ya no recuerdo cuando fue la última vez.

Ahora bien, cuando coincidamos otra vez, y espero que sea pronto, volveré a decirle a mi amigo que tiene trazas de cachondo sentimental… Y Antonio no dudará en mirarme con esa indiferencia tan suya, teñida de azul. Y quizá  remate la faena con una revolera que tiene muy lograda: “Manolo, conmigo dejate de Pamplinas... de la Plaza Mina".

Si alguien me pidiera una frase con la que definir una de las cualidades que adornan a Antonio Cruces Ruiz, yo no tendría el menor inconveniente en decir que tiene el don de escuchar. El cual es muy importante: más que hablar, más que dar, más que hacer. 




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