Lapsus linguae de nuestro alcalde

Es martes y por tanto yo cumplo con mi inveterada costumbre de pasear por el centro de la ciudad para empaparme del ambiente que reina y sobre todo para atender a quienes me abordan con deseos de charlar conmigo. Y cumplo a rajatabla con el lema de que es más fácil ser agradable que desagradable.

En esta ocasión, me he topado con un político que estuvo conmigo en Barcelona cuando la Casa de Ceuta del lugar decidió otorgarle a El Pueblo de Ceuta el premio Caballa del año 2009. Al acto, aprovechando además que había una Convención del Partido Popular en la Ciudad Condal, acudió Juan Vivas y su séquito correspondiente.

Y el político, en cuestión, me ha recordado hoy la equivocación al hablar cometida por Juan Vivas en aquel acontecimiento celebrado en el Barcelona Plaza durante la entrega del galardón al editor del periódico ceutí, y del cual yo me había olvidado. Resulta que, tras las palabras de Javier Martí, agradeciendo la concesión del Premio Caballa del año 2009 a El Pueblo de Ceuta, y las del editor al recogerlo, le tocó discursear a nuestro alcalde.

La aparición de Juan Vivas en el escenario fue recibida jubilosamente por parte de un público enfervorizado con él. Los aplausos y los vítores eran ensordecedores. Transcurrieron varios minutos antes de que JV pudiera hacer uso de la palabra. De pronto, nuestro alcalde mostró su satisfacción por el premio que la Casa de Ceuta en Barcelona le había concedido a El Faro de Ceuta. Ni que decir tiene que se hizo un silencio sonoro en la sala del hotel.

Los asistentes esperaban una rectificación por parte de nuestro alcalde. Pero ésta no se produjo. Ni que decir tiene que el editor de El Pueblo de Ceuta anduvo desde ese momento desorientado y quienes estábamos a su vera no podíamos dar crédito a lo sucedido. Así que estando a las dos de la mañana tomando una copa en una whisquería, yo decidí preguntarle a nuestro alcalde en El Aeropuerto de Barcelona-El Prat, horas más tarde, por su lapsus linguae. Con el beneplácito del propietario del periódico.

Y lo hice mientras esperábamos embarcar en el vuelo Barcelona-Sevilla o Málaga. Pues tampoco mi memoria está obligada a precisar tanto. Y ahí comenzaron mis desavenencias, una vez más, con nuestro alcalde. El político que me ha recordado el error ocurrido en aquel 2009, cuando El Pueblo de Ceuta recibió el Premio Caballa por parte de la Casa de Ceuta en Barcelona, le pone la guinda a la anécdota.

-Ese día, Manolo, hubo una señora que dijo lo siguiente: "Éste se ha ganado con creces estar en la lista negra del Partido Popular. O sea.