Miscelánea futbolística

La designación de Burgos Bengoetxea

Yo no yo soy un alma cándida. Aunque tampoco un malpensado por sistema. Pues quienes son así andan siempre con la cabeza atiborrada de delirios y suelen ir dando barquinazos por la calle como si hubieran empinado el codo con morapio encartonado. Pero, desde antiguo, suelo aplicarme el siguiente proverbio árabe: "La primera vez que tú me engañes, la culpa es tuya; pero la segunda vez, la culpa es mía". Bien haría el Madrid en no perder de vista a Juan Luis Larrea (presidente provisional de la RFEF) ni mucho menos a Victoriano Sánchez Arminio (presidente del Comité Técnico de Árbitros). De momento, tal vez para agradar a un amigo del alma, como es Joan Gaspart, designaron a De Burgos Bengoetxea para dirigir el primer partido de la Supercopa de España. Y acertaron... No creo que los dirigentes del Madrid se dejen sorprender, nuevamente, el miércoles en el Bernabéu. La sombra de Ángel María Villar es alargada... No es extraño, por tanto, que el Juez Único de Competición haya sancionado a Cristiano Ronaldo con cinco partidos por su injusta expulsión en el partido de ayer en el Camp Nou, al considerar el árbitro bilbaíno que el portugués simuló una caída. Amén de escribir en el acta que había recibido un leve empujón del delantero. La misma falta de Messi a Undiano Mallenco, en su día, y que éste no le dio la menor importancia.

Mateo Kovacic

Llegó al Madrid en la temporada 2015. No sé si recién cumplidos los veintiún años. Y, a pesar de su juventud, se muestra en el campo como un jugador que ha alcanzado su madurez futbolística. Conoce todos los secretos del juego que le son necesarios para actuar de centrocampista. Y se adapta lo mismo en los lados que en el centro del centro del campo. Asumiendo tanto tareas defensivas cual ofensivas. En esta faceta, sin duda, se distingue por hacer conducciones largas con el balón controlado y tratando de sembrar el desconcierto entre líneas adversarias. Tiene, además, un magnífico disparo desde le media distancia. Y sobre todo ha dado ya muestras palmarias de no encogerse en ningún escenario por grandioso que éste sea. No en vano ha sido formado táctica y estratégicamente en la Serie A italiana. Ayer en el Camp Nou asumió la difícil misión de anular a Lionel Messi. Y salió triunfante de tan complicado cometido. Un marcaje al hombre que no le impidió participar en otras acciones cuando el Barcelona carecía del balón. Mateo Kovacic nunca ha sido jugador protegido por la prensa. Más bien todo lo contrario. No obstante, su comportamiento ha sido siempre exquisito.

Isco Alarcón

Me llama un amigo, malagueño él, cuyas cualidades como futbolista merecieron en su momento más suerte, para decirme que, conociéndome, por haber estado varias temporadas en equipos entrenados por mí, entiende perfectamente que yo no forme parte de quienes han dado en la manía de admirarse de todo cuanto hace Isco en el césped. "Pues verás, te cuento -dice mi amigo-; yo aprendí contigo que el media punta ha de estar muy encima del mediocentro defensivo. En esta caso, por ejemplo, me refiero a Busquets, Javi Martínez, Z'Zonzi, Casemiro... cuando éstos se disponen a enlazar con sus compañeros. Al media punta se le presenta, además, la oportunidad de robarles el balón y por tanto convertirse en un delantero más. De hecho, es lo que es: un delantero más atrasado con capacidad para atosigar a su par y sobre todo para ofrecerles pases medidos a sus compañeros más avanzados. En el caso de Isco lo que no entiendo es por qué, cuando sus rivales poseen el balón y a él le toca replegarse sin perder de vista al mediocentro defensivo, se dedica a buscar el balón por todas las zonas del terreno de juego para asociarse con todos sus compañeros. Imponiendo el ritmo que le caracteriza con pases cortos, regates, giros, fintas y otros arabescos considerados mágicos. Es entonces, cuando el quehacer de Isco se empequeñece en la misma medida que va mermando su condición física. Y, por supuesto, Benzema y Bale se sienten aislados del resto del equipo". Mi amigo podría haber sido entrenador. No me cabe la menor duda. Pero ha sabido ganarse las habichuelas mediante un empleo menos peligroso.

La frase

Las alabanzas a Isco repican con monotonía de cigarra canicular.