Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 11 de septiembre de 2017

Sobrecogedores

Desde que yo puse los pies en esta tierra, que he asumido como mía, sin solicitar el permiso correspondiente de quienes fueron nacidos aquí, he vivido intensamente los problemas que siempre se han generado alrededor de las empresas contratadas para hacerse cargo de la limpieza de la ciudad. Así que me acuerdo perfectamente de cómo se vivió la concesión hecha a Ciudad Limpia en perjuicio de Ingeniería Urbana S.A.

Semejante decisión desembocó en la suspensión de un pleno en el cual se iba a impugnar la contratación de la primera empresa, debido a que el alcalde se hallaba en Puerto Rico participando como miembro de un jurado encargado de la elección de Maja Internacional. Aun así, se armó un cirio en las instalaciones municipales. Y, naturalmente, la voz de Francisco Fraiz, como concejal en la oposición, sonó así.

"Se han comprado voluntades de algunos concejales independientes. A estos pájaros les quedan pocas horas de vuelo. Estamos a la espera de que nos lleguen unas cintas donde se oyen nítidamente las conversaciones entre corruptos y corruptores". Es más -siguió largando FF-, "cada vez que el alcalde se va de viaje, o a tomar copas por ahí, el Ayuntamiento se convierte en una casa de locos".

En aquel tiempo, años ochenta, y dada mis buenas relaciones con el gerente de Ciudad Limpia, murciano él, éste decidió contarme un día que estaba ya hasta los mismísimos de que todo el mundo anduviera pidiéndole dinero. Y, claro está, sacó su lengua a pasear mientras que yo decidí dar oídos.

Ni que decir tiene que me enteré de los nombres de cuantos pedían una pasta gansa. Eran auténticos sobrecogedores. Y aquel hombre me contó lo que le acababa de responder un político trincón a sus palabras. "El dinero que me pides, si te lo doy, has de saber que influirá negativamente en el servicio que prestamos. Y me ha contestado que a él le importaba un carajo que Ceuta estuviera más o menos limpia".

El gerente de Ciudad Limpia, quien también gustaba de charlar con mi siempre estimado Jesús Cordero, nos puso al tanto de que se había citado en un salón del Parador Hotel La Muralla con un político que llegaba dispuesto a poner la mano. Nos informó del día y la hora. Y nos pidió encarecidamente que hiciéramos una fotografía de aquel encuentro.

El político sobrecogedor, nada más vernos bajar la escalera conducente al lugar de la cita, salió corriendo como alma que lleva el diablo. De modo que eludió la amenaza del daguerrotipo. Pero la imagen, ridícula en extremo, de aquel tipo huyendo despavorido sigue impresa en mi retina. Y él sabe que es así. Ojalá que haya cambiado de proceder con el paso de los años. Si bien tengo mis dudas.

Por consiguiente, creo oportuno decir en estos momentos que ya va siendo hora de que tales sobrecogedores -si los sigue habiendo- desaparezcan. Por el bien de la Empresa de la Limpieza y sobre todo por el bien de Ceuta. O sea.


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