Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 6 de noviembre de 2017

Beatriz

Su llamada me sorprende aplícándome hielo en la muñeca izquierda. Concretamente en el nervio mediano.  Y se lo explico a Beatriz: el dolor se extiende entre el dedo pulgar y el índice. La primera vez que a mí me trataron de esa afección, el traumatólogo se refirió a ella como tendinitis. Luego, otro especialista la describió como síndrome del túnel carpiano. Se llame como se llame, la verdad es que ambos me infiltraron y he estado muchos años sin sentir la menor molestia.

Mi amiga salmantina, sabe de lo que le estoy hablando. Y no duda en decirme que semejantes molestias cambian hasta el carácter de quienes las padecen. Por consiguiente, Manolo, dejamos la conversación para otro día. Y le contesto que hablar con ella me apetece. Así que continuamos nuestra cháchara. Y lo primero que se me ocurre decirle es que muchos son los lectores que me preguntan por ella.

-¿Y qué respondes tú?

Que eres un producto de mi imaginación. Y tuercen el gesto. Porque, en realidad, ellos desean que existas. Y que sigas hablando bien de Ceuta en tu Salamanca. Y sobre todo han celebrado la suerte que tuviste al compartir el lecho de la felicidad con un caballa cuya virilidad -que no machismo- parece ser que hasta la Iglesia la está pìdiendo para la formación de los niños. También les gustaría saber tu edad...

-No te la diré, pues ya sabes lo que pienso al respecto: "Nunca hay que confiar en una mujer que confiesa su verdadera edad. Una mujer capaz de contarle eso alguien, lo es también de contar cualquier otra cosa".

Yo, en cambio, les he dicho que debes de andar ya en los treinta y tres. La cual es una edad muy atractiva para las mujeres. Incluso para quedarse en los treinta y tres durante años. Y asimismo he destacado lo halagada que te sientes cuando te hacen la corte. Precisamente, es en esos momentos cuando te vuelves irresistible. Aunque cada vez hay menos hombres que se atrevan a decir esta boca es mía...

-Y los comprendo, Manolo, los comprendo... A propósito: estoy saliendo con un hombre que, por lo que me cuenta y sé de él, representa al auténtico fracasado. Nada de lo que emprende, por interés que ponga en el asunto, le sale bien. Y a mí me chiflan esa clase de hombres. Pues suelen apoyarse en nosotras con un entusiasmo desmedido.








                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                         





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