Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

martes, 20 de febrero de 2018

Figuras del fútbol nacidas en Ceuta

Hoy he decidido darme un garbeo por el centro de la Ciudad y he tenido la suerte de coincidir con personas que me han alegrado la vida recordando tiempos pasados y personajes que son merecedores de reconocimientos. Y me lo he pasado más que bien. Han salido a relucir nombres de futbolistas nacidos en Ceuta. De quienes escribí yo en no pocas ocasiones y para los que reclamé siempre la distinción conveniente.

Pero de entre ellos sólo José Martínez Pirri fue agraciado. También Mohammed Alí Amar, más conocido como Nayim, es objeto de la atención popular y política de esta tierra. Ni que decir tiene que ambos deportistas han hecho posible que el nombre de Ceuta haya sonado en los confines del mundo. No obstante, creo que Ceuta se ha olvidado de otras figuras de nuestro balompié que tampoco se cansaron de propalar que habían nacido en esta tierra.

A fe mía que lo hicieron desde púlpitos importantes. Es el caso de José Bravo, de los hermanos Lesmes (Francisco y Rafael) y, por supuesto, de José Paz. De éste he escrito yo en muchas ocasiones y siempre para destacar no sólo su calidad como futbolista sino su humanitarismo demostrado en los años cincuenta cuando pertenecía al Córdoba, tras haber estado en el Valladolid y en el Madrid.

José Paz, amén de ser una figura admirada en Córdoba, por la importancia que tuvo su juego en el ascenso de su equipo a la Primera División, se distinguió en todo momento por la bondad demostrada durante los años que residió en la Ciudad de los Califas. Su presencia en la Plaza de las Tendillas, centro neurálgico de la Ciudad, era motivo de alegría para todos los pobres que pululaban por allí con el único fin de obtener unas pesetas para hacerles frente al hambre canina.

De él, de Paz, se hablaba ya entonces de lo que era y daba pruebas todos los días y fiestas de guardar: es amigo de los necesitados y los atiende en la medida de sus posibilidades. De esta forma de actuar fue testigo quien escribe. Y más aún: ningún pobre dijo nunca que su petición no hubiera sido correspondida por un personaje que proclamaba a voz en cuello haber nacido en Ceuta.

Por consiguiente, sigo insistiendo que ya va siendo hora de que José Paz sea distinguido no por haber sido un futbolista extraordinario, que lo fue; sino porque en tiempos difíciles, y aprovechando que él ganaba mucho dinero, nunca se olvidó de quienes acudían prestos a pedirle para comer. Su proceder, a pesar de los muchos años transcurridos, sigue siendo motivo de conversación en Córdoba.




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