Bélgica-Inglaterra

No sería justo llamar partido de consolación al jugado por Bélgica e Inglaterra. Pues no es lo mismo clasificarse tercero que cuarto en un Mundial de Fútbol. Así lo entendieron los jugadores belgas. Los cuales pusieron mayor interés que los ingleses y además fueron mejores. Meunier y Hazard marcaron los goles.  Hazard volvió a demostrar que se pasa la mayor parte del tiempo, cuando su equipo posee el balón, en campo contrario. Todos sus movimientos son para desequilibrar el sistema defensivo de sus rivales. Es, por lo tanto, un extraordinario jugador cuyas acciones están siempre encaminadas a buscar el gol por el camino más corto. Puede actuar por una banda con libertad de movimientos y por detrás del delantero centro. Yo que lo he visto jugar tantas veces en el Chelsea he percibido su mejora, durante este Mundial, cuando el partido ha exigido sacrificios sin balón. 

Los comentaristas y narradores de los partidos del Mundial celebrado en Rusia, salvo rara excepción, han dado en la manía de decirnos, a cada paso, lo mucho que se nota el estilo de juego de Pep Guardiola en la Selección Inglesa. Y lo dicen tan convencidos que a mí me ha dado por repasar, una y otra vez, las alineaciones de los ingleses. Y resulta que me encuentro con Stones, Walker y Sterling como único jugadores del Manchester City. Y otro que apenas ha jugado y por tanto se me ha olvidado su nombre.  Los demás seleccionados pertenecen a otros equipos cuyos estilos de juego en nada se parecen al del Manchester entrenado por PG. Liverpool, Tottenham y Everton, verbigracia, cuentan con jugadores capaces de jugar tanto en corto como en largo. Y, desde luego, no dudan en practicar el fútbol aéreo cuando las circunstancias lo requieren o bien cuentan con jugadores capaces de dominar esa faceta del juego como son Harry Kane, Harry Maguire, Jhon Stones y Jordan Henderson. En suma: lo que quiero decir es que Southgate, seleccionador inglés, eligió en su momento el estilo de juego adecuado a las condiciones de los futbolistas seleccionados. Así que tonterías las mínimas.