Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

viernes, 28 de septiembre de 2018

Madrid-Atlético

Llega el derbi madrileño por excelencia cuando los jugadores del Madrid tal vez estén todavía en Babia. Es decir, ajenos a todo lo que no sea cavilar acerca de lo ocurrido en el Sánchez Pizjúan. Y motivos sobrados tienen para verse en esa situación. Pues cometieron tantos errores como para que Julen Lopetegui les hubiera obligado a ver el partido en la sala de proyecciones del estadio. Aun corriendo el riesgo de que todos se hubiesen aborchornados. Y en ese todo incluyo al entrenador y, cómo no, a sus numerosos asistentes.

Ganar y jugar bien, siempre, es tarea imposible. Ganar sin brillo todos los partidos también lo es. Aunque estemos hablando de uno de los equipos más grandes del mundo. Pero lo ocurrido en Sevilla fue imperdonable. Hasta el punto de que muchos madridistas decidieron no ver la segunda parte de un partido que pasará a la historia como funesto. Y, por si fuera poco, ha evidenciado algo que nadie ha querido ver hasta ahora: hay jugadores que se han arrogado desde hace tiempo poderes que les competen única y exclusivamente al entrenador. Ahí radica todo el desbarajuste. Toda la indisciplina y anarquía reinante en el campo.

Ya sé que las improvisaciones son necesarias en el fútbol. Siempre y cuando haya un porcentaje de aciertos incuestionables. Inventar por sistema es contraproducente. Sobre todo cuando se hace a destiempo y en condiciones no aptas. Cierto es que el anarquismo de varios jugadores del Madrid no es asunto nuevo. Pero tampoco es menos cierto que practicarlo frente al equipo dirigido por Machín fue una auténtica chulería. La cual acabó como el rosario de la aurora.

Mañana, tres días después del varapalo recibido por el Madrid en Sevilla, la visita del Atlético al Bernabéu, siempre importante, lo es aún más. Puesto que llega en un momento donde los nervios pueden cundir tanto en el campo como en las gradas en cuanto los de Simeone hagan lo que saben hacer muy bien: jugar con armas de equipo pequeño pero con jugadores aguerridos, disciplinados, con calidad y dispuestos en todo momento a no salirse del guión establecido por su entrenador. Y pobre de quien incumpla las órdenes del jefe.

El Atlético se ha reforzado con jugadores como Rodri, Gelson Martins, Lemar y otros más. De entre los nuevos fichajes, según he podido comprobar, Lemar es quien más pronto se ha adaptado a las necesidades del equipo. Es veloz, trabajador incansable y además no duda en disparar a puerta desde la media distancia. Correa también ha mejorado sus prestaciones. Koke y Saúl continúan rindiendo plenamente y mucho me temo que tanto Griezmann como Diego Costa harán sufrir de lo lindo a la defensa del Madrid.

Y, por último, destacar las dificultades que entraña para los rivales desbordar a los defensas del Atlético. Liderados por un gran portero como Oblak. Por consiguiente, partido complicado para el Madrid. Porque amén de que el rival sea un grande del fútbol español y europeo cuenta, sin duda, con la ventaja de presentarse en el Bernabéu cuando su inquilino podría estar distraído... Mirando las musarañas, que se dice, por mor de su rotundo fracaso en Sevilla. Ahora bien, la ocasión es pintiparada para que el equipo dirigido por Lopetegui logre la victoria. Para redimirse del desastroso partido que hizo frente al equipo hispalense. Que así sea.


 

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