Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

miércoles, 21 de noviembre de 2018

El Congreso parece el campo de Agramante

En el Congreso de los Diputados ha vuelto a reinar la confusión y el desorden gracias a las provocaciones de un tipo zafio y grosero. Se llama Gabriel Rufián y es diputado de Ezquerra Republicana de Cataluña. Su proceder es una invitación continua a que cualquier día el hemiciclo se convierta en una batalla campal en la que los diputados se tiren de los pelos y decidan lanzarse todos los objetos que tengan más a mano.

La boca del político catalán declama palabras que invitan al enfrentamiento por sistema. Y lo hace con fines perversos: es decir, para que más pronto que tarde el Congreso se convierta en lo más parecido al campo de Agramante. Así, sus escenas darían la vuelta al mundo. Las cuales, amén de hilaridad, causarían un daño irreversible a nuestras instituciones. Se ve a la legua lo que está tramando el hijo de... padres andaluces. Cuando ello suceda, no habra lugar para las lamentaciones.

Muchas han sido las intervenciones grotescas de este personaje en la Cámara Baja. Tampoco se ha cortado lo más mínimo en tratar de poner el mingo tanto en sus apariciones en la televisión como en la radio. Con su llegada a la política, Rufián ha logrado que España sea más valleinclanesca que nunca. Pues en él se concitan todas las ridiculeces del esperpento. Un espantajo que está crecido por saber que el apoyo de su partido al Gobierno de España es fundamental.

Por consiguiente, hoy no le ha temblado el pulso al dirigirse a Josep Borrell: "Es usted el ministro más indigno de la historia de la democracia española. Y los ha habido muy indignos. Usted no es un ministro es un hooligan, es un militante de la Sociedad Civil Catalana; una vergüenza para su grupo parlamentario. Le pido que dimita".

La respuesta del ministro socialista no se hizo esperar: "Ha vertido esa mezcla de serrín y estierco que es la que usted es capaz de producir". Inmediatamente, la presidenta del Parlamento, Ana Pastor, ha expulsado al portavoz de ERC del hemiciclo. Sus compañeros lo han secundado. Eso si, un tal Jordi Salvador, según el ministro Borrell, le ha escupido al pasar por su lado.

Triste espectáculo. Muy triste. Y lo peor de lo acaecido es que, por cuestiones de intereses particulares, Pedro Sánchez se verá obligado a decirle a Borrell que se la envaine. Porque no es aconsejable en estos momentos que el grupo dirigido por Joan Tardá decida romper el pacto con el Gobierno.

Motivo más que suficiente para que en el Congreso de los Diputados siga reinando la confusión y el desorden. Gracias a Gabriel Rufián. Diputado de ERC. Cuya misión consiste en hacer que el Parlamento se convierta en algo parecido al campo de Agramante. Y así poder distribuir sus imágenes por todo el mundo. Las cuales, sin duda alguna, propiciarían carcajadas foráneas y el descrédito de nuestras instituciones. 





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