A María Dolores de Cospedal, en su última visita a Ceuta, se le ocurrió lisonjear a nuestro alcalde lanzando una pregunta al aire: "¿Qué sería de Ceuta si no gobernase Juan Vivas y el Partido Popular? Y los aduladores a tiempo completo, según me dijeron, alzaron su voz: "Sería una auténtica ruina para esta ciudad". Sentencia que van propalando a medida que se va acortando el tiempo en el cual seremos citados a depositar nuestro voto en las urnas.
En las próximas elecciones, el candidato Vivas llevará ya 18 años como alcalde. Y me viene a la memoria lo que dijo Simón Bolívar en su día: "Permanecer largo tiempo con un ciudadano en el poder, el pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo...". Cierto es que nuestro alcalde ha ido perdiendo popularidad hasta extremos insospechados. Lejos quedan aquellos días en los que un selecto grupo de seguidores se apostaba cerca de su casa o del edificio municipal para rendirle pleitesía o acompañamiento.
Tampoco conviene echar en saco roto el número de votantes que ha dejado de confiar en quien fuera designado el alcalde más valorado de España. Hasta el punto de verse ya gobernando en minoría. Lo cual evidencia que su crédito como primera autoridad ha ido menguando a paso de legionario. Con tanta celeridad como para que quienes forman parte de su círculo más cercano, por intereses de clientelismo, estén con la jindama subida de tono. Es decir, que el canguelo por una posible derrota electoral se ha apoderado de algunos.
Esos algunos, es decir quienes desean seguir yendo a gusto en el machito, han empezado a divulgar que más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer. Y sobre todo no cesan de decirles a los ciudadanos que los demás candidatos son muy inferiores a Juan Vivas. Incluso han echado mano de las imágenes maniqueistas, sabedores de que éstas suelen alcanzar buena audiencia. Máxime si se le recuerda lo terrible que sería si acaso fuera Juan Luis Aróstegui, por cuestiones de pactos, el próximo alcalde.
El próximo alcalde de Ceuta será, salvo que se obre un milagro de última hora para el PP, el candidato del PSOE, siempre y cuando Pedro Sánchez siga de inquilino en La Moncloa. Es lo que piensan los socilistas de esta tierra. Y están en su perfecto derecho de airearlo. Eso sí, bien harían en ir ganándose a sus posibles socios cuanto antes. Tarea que no les va a resultar nada fácil. En fin, que ya queda poco para salir de dudas.
En las próximas elecciones, el candidato Vivas llevará ya 18 años como alcalde. Y me viene a la memoria lo que dijo Simón Bolívar en su día: "Permanecer largo tiempo con un ciudadano en el poder, el pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo...". Cierto es que nuestro alcalde ha ido perdiendo popularidad hasta extremos insospechados. Lejos quedan aquellos días en los que un selecto grupo de seguidores se apostaba cerca de su casa o del edificio municipal para rendirle pleitesía o acompañamiento.
Tampoco conviene echar en saco roto el número de votantes que ha dejado de confiar en quien fuera designado el alcalde más valorado de España. Hasta el punto de verse ya gobernando en minoría. Lo cual evidencia que su crédito como primera autoridad ha ido menguando a paso de legionario. Con tanta celeridad como para que quienes forman parte de su círculo más cercano, por intereses de clientelismo, estén con la jindama subida de tono. Es decir, que el canguelo por una posible derrota electoral se ha apoderado de algunos.
Esos algunos, es decir quienes desean seguir yendo a gusto en el machito, han empezado a divulgar que más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer. Y sobre todo no cesan de decirles a los ciudadanos que los demás candidatos son muy inferiores a Juan Vivas. Incluso han echado mano de las imágenes maniqueistas, sabedores de que éstas suelen alcanzar buena audiencia. Máxime si se le recuerda lo terrible que sería si acaso fuera Juan Luis Aróstegui, por cuestiones de pactos, el próximo alcalde.
El próximo alcalde de Ceuta será, salvo que se obre un milagro de última hora para el PP, el candidato del PSOE, siempre y cuando Pedro Sánchez siga de inquilino en La Moncloa. Es lo que piensan los socilistas de esta tierra. Y están en su perfecto derecho de airearlo. Eso sí, bien harían en ir ganándose a sus posibles socios cuanto antes. Tarea que no les va a resultar nada fácil. En fin, que ya queda poco para salir de dudas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.