La importancia del fútbol

Tengo la costumbre de espigar en los libros que leo. Y a veces, cuando decido adentrarme donde están recogidos todos esos apuntes, descubro citas, datos o conversaciones que me vienen como anillo al dedo para escribir. Pues no en vano se escribe de lo que se observa, de lo que otros dicen, de lo que se vive o de las vivencias de otros... Y, naturalmente, de nuestras lecturas.

Hoy, ojeando el servicio de archivo en mi nube de internet, he hallado una conversación mantenida entre un maestro ruso, Maxim Gorki, fundador de la literatura rusa, y uno de los escritores reformistas mas cercano al comunismo -y, por tanto, muy amigo de Lenin y Stalin-, con un colaborador del ingeniero Krasin, que había sido enviado a Inglaterra, en 1919, al frente de una delegación soviética para iniciar relaciones comerciales con los ingleses. Gorki preguntó:

-¿Cómo van las cosas? ¿Habrá pronto una revolución en Inglaterra?

-No -fue la respuesta-. Por el momento no.

-¿Cómo es eso? -pregunto Gorki-. ¿Qué habrá allí entonces?

-El fútbol -tuvo que oír Gorki-, fútbol y nada más. Imagínese que en algun condado esté anunciado un encuentro importante. Los obreros de una fábrica (¿comprende usted, Alexei Maximovich?) van a ver a su jefe y le dicen: "Queremos ver el partido, no podemos dejarnos perder un acontecimiento así; recuperaremos otro día las horas de trabajo perdidas...".

Y continúa hablando el colaborador del ingeniero Krasin, que estuvo en Inglaterra: "En algún lugar han construido un estadio para ochenta mil personas, en otro sitio tienen un campo de juego que da cabida a cincuenta y dos mil espectadores. Es un pueblo muy extraño. El abuelo y el padre presencian el juego de su descendiente, que guarda la portería. ¡Tres generaciones! El abuelo clava los dedos en la mano de su hijo y ambos tiemblan de emoción... Así, así temblaban -explicó el ingeniero, imitando el temblor de aquellos hombres.

El mismo temblor que tendremos tanto madridistas como culés, cuando mañana indique Sánchez Martínez el comienzo del Madrid-Barcelona; partido del cual saldrá un finalista de la Copa del Rey. Y es que la importancia del fútbol no tiene parangón con ningún otro deporte.