Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

jueves, 28 de febrero de 2019

Mamarracho es el insulto preferido por Aróstegui

Obra en mi poder, desde hace ya bastantes años, un informe muy completo sobre Juan Luis Aróstegui y en el cual se especifica cómo estuvo medrando casi tres décadas en la política activa de Ceuta. Lo tengo leído y releído. Pero nunca he querido hacer uso de él. Aunque sigo sin entender por qué este hombre no cesa de dar lecciones de moral y hasta vive convencido de que su amor por los más necesitados no tiene parangón. Y ha dado en la manía de llamar mamarracho o mamarracha, cada dos por tres, a quien no comulgue con sus propuestas.

En esta ocasión, y durante la celebración de un Pleno, ha sido Fatima Hamed, dirigente del Partido Movimiento por la Desigualdad y la Ciudadanía (MDyC), la que ha sido tildada de mamarracha. Por el mero hecho de no secundar una manifestación del agrado de quien es el verdadero jefe de Coalición Caballas: Aróstegui. Un señor que andaba ya arrumbado en la política activa y a quien Mohamed Alí le dio la oportunidad de asirse a ella nuevamente.

Ya dije en su momento que MA, al tomar decisión tan descabellada, metió la pata hasta el corvejón. Pero a lo mejor le ha ido bien, o más que bien, formando ese tándem con el sindicalista-político. El cual como comunista de salón ha ido degenerando en defensor de los menesterosos con el fin de hacernos creer que está en contra de quienes él considera burgueses. Que no dejan de ser clase media. Dándose pote de político reformista, mientras que hay empresarios -subvencionados- que gozan de toda su confianza.

El diputado de Coalición Caballas no considera que mamarracho -o mamarracha- sea un insulto. Y para ello hace uso de su acepción en el diccionario de la RAE: "persona estrafalaria o ridícula". Sinónimos de mamarracho son espantajo, esperpento, adefesio, birria... Todo eso, con ser mucho, no llega a lo que recoge al respecto el Gran Libro de los Insultos. Mamarracho: "Llamámos así a la persona informal e indigna de aprecio; vivalavirgen que va por la vida sin plan sin orden ni concierto. Es forma en vigor desde finales del siglo XVIII; momarracho, moharrache: del árabe muharrag =bufón o bufona.

Bufón o bufona, persona que anda siempre embromando, etimología que se cruza con la de Momo, figura mitológica relacionada con el escarnio, la risa y la mofa. De esta última condición procede su vinculación con el mundo del carnaval, del disfraz y de la máscara. Aparte de ser insulto que afecta a la condición moral de las personas, también tiene vertiente ofensiva en lo que respecta al físico. Se llamó antaño marrache  a los hombres o mujeres de figura deforme o ridícula.

En el teatro menor del XIX era figura esperpéntica sacada a escena a decir tonterías y ponerse en ridículo. Acompañaba voces como viejo, joven, tipejo: '¡Calle el viejo mamarracho!'. Era insulto que exigía satisfacción en duelo. Actualmente, en Madrid y otros puntos de Castilla y Valencia: "Persona ridícula que no merece respeto".

Pues bien, semejante insulto, también reconocido por la RAE, ha salido de la boca de un político que ha decidido, de un tiempo a esta parte, enarbolar la bandera del feminismo para ver si logra obtener media docena de votos procedentes de las mujeres. ¡Menuda contradicción! Ah, Don Quintín el amargao era también un mamarracho. Al menos, así lo parece en el sainete en dos actos de Carlos Arniches, comediógrafo español (1866-1943). Cuyo estribillo tengo más que memorizado. Aunque, por falta de espacio, me reservo su publicación para cuando lo crea procedente.

 










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