El Valencia apabulla al Madrid

Lo dijimos en su momento: el partido del Madrid en Mestalla servirá para confirmar que el regreso del hijo pródigo al banquillo había surtido el efecto deseado. Jugar frente al Valencia, equipo potente, enrachado y que sabe a lo que juega, será el mejor examen para Zinedine Zidane. Puesto que los encuentros contra Celta y Huesca no eran los más indicados para sacar conclusiones. La prueba ha sido decepcionante. En todos los sentidos. 

El Valencia jugó agazapado durante muchos minutos de la primera parte. Y, sin embargo, siempre fue más peligroso que el Madrid porque su distribución en el terreno de juego le permitía contar con dos delanteros centros y un centro de campo superior. Hasta el minuto 34 daba la impresión de que el conjunto merengue manejaba la situación a su antojo. Espejismo que se reflejaba en cómo Neto parecía un espectador más.

A partir del gol de Guedes (34'), tras un despeje horrible de Keylor Navas y la falta de decisión de Ramos para impedir que el jugador portugués enviara el balón a la red, el equipo dirigido por Marcelino fue a más y pudo dejar el encuentro resuelto. Pues cada contragolpe llevaba marchamo de gol. Así que el Madrid de la segunda parte fue peor de lo que había sido en la primera. Que ya es decir... Así que Garay lo sentenció en el minuto 82.

El Madrid fue incapaz de aprovecharse de la debilidad defensiva del Valencia por el lado de Wass. Y sobre todo evidenció claramente que le cuesta lo indecible crear ocasiones de gol. Tampoco conviene olvidar los desaciertos de Casemiro cuando le toca hacer de escudo de la defensa. Pues el brasileño es incapaz de hacer las coberturas que le corresponden y anda, desde hace tiempo, deambulando por el campo sin ton ni son.

En realidad, el Madrid es un equipo venido a menos; tan a menos que muchos de sus jugadores tardarán en volver a rendir en la medida que un equipo tan grande necesita. Lo peor no es la derrota en Mestalla, edulcorada por el gol de Benzema en el minuto 93, sino la desilusión que impera en casi todos sus futbolistas. Hasta el punto de que Marco Asensio da la impresión de ser un alma en pena.

Recurrió Zidane a los cambios, mediada la segunda parte. Pero ni Isco ni Bale aportaron nada digno de ser destacado. Lo más loable, según un comentarista acreditado, fue que Marcelo regresó a defender tras correr sesenta metros. Albricias... Pues tal vez sea esa acción la que nos lleve a creer que los problemas del Madrid están en vías de solución.