Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

viernes, 26 de abril de 2019

Las vacilaciones de Zinedine Zidane


Desde que regresó Zidane al banquillo del Madrid se viene diciendo que lo hizo para ejercer como director de un casting de futbolistas. Como si el técnico francés no conociera sobradamente a todos los jugadores que componen la plantilla del equipo blanco. Semejante absurdo me trae a la memoria la paradoja del asno de Buridan. Esa de un burro sediento y hambriento, situado a la misma distancia de un cubo de agua y otro de avena... y que acaba muriendo, incapaz de elegir el cubo que le convenía. Terrible problema, pues, el de la vacilación.

Hay quienes dicen que una de las cosas más terribles de la vida es la vacilación, tener que decidirse ante muchas posibilidades iguales. Porque la razón, cuanto más trabaja entonces, más se hunde en la perplejidad y más descubre, dicho sea con todo respeto, el fondo de asno Buridan que hay en ella. Ojala que no sea el final de ese conjunto de pruebas que viene realizando el entrenador del Madrid para seleccionar a quienes se van o se quedan. De momento, pocos son los futbolistas que están dando la talla que requiere el club más laureado del mundo. 

Ante semejante circunstancia, uno entendería que la confusión de ZZ fuera cada vez mayor. Hasta el punto de que, llegado el momento de tomar decisiones, pudiera quedarse su mente in albis. Tan en blanco como para tirar una moneda al aire y bendecirla con esa manida frase de sea lo que dios... Es decir, si sale cara, bien; y si sale cruz, pues a soportar las inclemencias.

Nada más regresar Zidane a la Casa Blanca dijimos que le esperaba una tarea ardua y compleja, llamada renovación de la plantilla. La cual no quiso afrontar en su día. Hasta el punto de que no dudó en tomar las de Villadiego en aquel entonces. Por consiguiente, no le queda más remedio que afrontarla ahora en los dos sentidos que demanda una situación de juego lamentable y resultados inconcebibles en el equipo merengue.

La primera consiste en prescindir de jugadores incapaces de rendir como les corresponde y cuyos nombres están a la orden del día. Por mucho aprecio que les tenga por haber obtenido éxitos que a él le encumbraron como entrenador. Decisión siempre dolorosa, claro que sí; pero que todo entrenador está obligado a tomar cuando le corresponde. Y a Zidane le toca ahora porque él ha querido. Así que ni puede ni debe llamarse a engaño. Y ha de hacerlo cuanto antes.

En lo tocante a los fichajes, bien haría el técnico francés en recomendar la búsqueda de un central zurdo. Sí, ya sé que mi insistencia a ese respecto puede ser considerada como 'jartible'. O sea, un redoble de tambor que llega a  cansar incluso a quien hace de la paciencia virtud. Aunque no deja de ser una prioridad. Y, naturalmente, sigo teniendo mis dudas en relación con el rendimiento que pueda dar Paul Pogba en el Madrid. Tras haberle estado observando durante varias temporadas. No vaya a ser que se le fiche y, luego, haya que darle la razón a José Mourinho.


















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