Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

jueves, 25 de julio de 2019

El amor propio de Pablo Iglesias está herido de muerte


Hace ya la tira de tiempo que leí un artículo de José Aumente (siquiatra y político nacido en Córdoba) con este primer párrafo: "La política, por mucho que Marx lo pretendiera, no es una ciencia. Más bien se acerca a lo que anteriormente Maquiavelo describiera como un arte: un arte más o menos marrullero, pero evidentemente sin escrúpulos, de conseguir primero y mantenerse después en el poder".

A José Aumente se le olvidó decir que por muy sucia que se imagine uno la política, siempre lo es mucho más. No hace falta más que ver lo que viene ocurriendo en el Congreso de los Diputados. El arte de la política consiste en mentir. Los políticos deben practicar la mentira todos los días. Pues están convencidos de que ser expertos en trolas les proporciona reconocimiento entre los ciudadanos. Y hasta dicen que las mentiras les gusta a la gente. El cinismo es manifiesto.

Pablo Iglesias, por ejemplo, llegó a la política contando mentiras. Y lo hizo, como siempre lo han hecho los líderes comunistas, aprovechando que la clase media estaba sufriendo las penalidades causadas por una crisis económica y la corrupción generalizada que había en España. En aquellos días, el líder de Unidos Podemos -hoy, Unidas Podemos- era capaz de dar diez mítines al día y en los sitios menos esperados. La situación era la apropiada para contarles a los españoles el cuento del alfajor de sus ideas trasnochadas.

Pablo Iglesias, después de las últimas elecciones generales, donde las urnas no les fueron favorables, tuvo la suerte de que el PSOE necesitara de sus diputados para gobernar. Y, claro, vio muy pronto la oportunidad para asaltar ese cielo con que ya soñaba desde que se hizo notar en la política. Le entraron las prisas. Y no dudó en pedir el oro y el moro. Sin percatarse de que en toda negociación hay que dar dos pasos atrás para luego seguir avanzando. 

La metedura de pata del compañero de Irene Montero ha sido, hasta el momento, digna de ser destacada. Ahora bien, tampoco la forma de proceder de Pedro Sánchez debe ser considerada moco de pavo. Y me explico: airear a los cuatro vientos que el problema del desacuerdo entre socialistas y podemitas era Pablo Iglesias, aprovechado por éste para dar un paso atrás ficticio, fue un error gravísimo.

Error que puede resumirse en esta frase escrita en 'La romana' (1947) por Alberto Moravia: El amor propio es un animal que puede dormir bajo los golpes más crueles, pero que se despierta, herido de muerte, por un simple arañazo. No cabe la menor duda de que Iglesias seguirá odiando a Sánchez hasta el fin de sus días. Aunque estén obligados a llegar a un acuerdo.

Frase

"Los intereses personales son perniciosos e injustos en política, ya pertenezcan a Agamenón, ya a su porquero".







  

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