Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

sábado, 5 de octubre de 2019

El sino del Madrid es sufrir


El Granada llegó a Madrid como equipo revelación de La Liga Santander. Lo hizo avalado por los extraordinarios resultados conseguidos. De seis partidos sólo el Sevilla había logrado ganarle. Así que el conjunto entrenado por Diego Martínez se presentó en el Santiago Bernabéu dispuesto a doctorarse. Como suelen hacerlo los toreros jóvenes en La Plaza de Toros de las Ventas de Madrid. Ávidos de triunfo y dispuestos a dejarse la piel en la contienda.

Pero los granadinos se encontraron con un Madrid avisado del peligro que podía correr si no se tomaba el partido con el interés que reclamaba el rival. Así que a los dos minutos Benzema, tras recibir un pase extraordinario de Bale, batió a Rui Silva. Cuando aún no se habían repuesto los visitantes del gol, se lesionó Montero: jugador clave en el sistema de su equipo. Y desde ese momento se vieron dominados por el equipo merengue.

Eden Hazard, gracias al buen juego del equipo, logró el segundo gol durante la recuperación de tiempo perdido. Poco bagaje para los méritos contraidos por los locales durante la primera parte. En la cual el equipo entrenado por ZZ movió el balón con rapidez y precisión. Debido a que Casemiro, Kroos -hasta que se lesionó- y Valverde dominaron el mediocampo. Éste, situado como interior, jugó francamente bien. Aunque no es conveniente encumbrarle por una actuación notable. 

Con el golazo de Modric -minuto sesenta- parecía todo resuelto. Puesto que el Granada daba muestras visibles de querer y no poder. Fue entonces cuando surgió el error de Areola. Craso error que cometen los porteros que están convencidos de que juegan con los pies mejor que los delanteros. La jugada, tan burda como desatinada, acabó en penalti. Y Machís lo aprovechó para obtener un gol que le dio vida a los suyos. En un abrir y cerrar de ojos el partido cambió de rumbo. Pues Duarte marcó el segundo tanto de su equipo.

Ni que decir tiene que en el Bernabéu cundió el miedo y en los jugadores del Madrid los nervios. Menos mal que James, cuando el Granada buscaba con ahínco el empate, resolvió la situación con su gol. El cuarto del partido para los suyos. Lo cual no creo que le valga para que Zidane decida, de una vez por todas, aprovecharlo como segundo delantero en partidos que convenga mantenerlo en esa demarcación.



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