A mí me parece muy bien que los legos en el deporte rey arreglen fácilmente las cuestiones más ardúas, charlando en bares y en tertulias, y que les sea muy fácil distribuir a los jugadores de su equipo en el campo, darles misiones concretas, para que jueguen perfectamente y puedan ganar los partidos. Así ha sido siempre y el día que no lo sea es que la pasión por el fútbol habrá entrado en barrena.
Lo que me cuesta mucho trabajo digerir es que los comentaristas, hayan sido o no profesionales del balompié, traten de contarnos milongas de cuanto está aconteciendo en el terreno de juego, como si todos los espectadores de televisión fuésemos tontos a nativitate. Es entonces cuando un ramalazo de ira me hace bisbisear palabros innecesarios y a los que pronto les corto la cabeza. Con el fin de apreciar mejor cuanto va sucediendo durante el juego.
Durante el Barcelona-Madrid, los comentaristas de Canal Plus no cesaban de decirnos que todos los problemas que el Madrid le estaba planteando al equipo azulgrana se debían a la falta de Sergio Busquets. Como si la presión constante y bien llevada a cabo por los jugadores blancos hubiera sido evitada por quien, desde hace ya no poco tiempo, viene dando muestras visibles de no ser apto para soportar el dominio intenso de sus rivales.
Tampoco conviene echar en saco roto las opiniones acerca de Isco Alarcón. Jugador que goza en todos los medios de un favoritismo del cual carecen muchos de sus compañeros con más merecimientos. He venido diciendo hasta la saciedad que donde más rinde el malagueño es como segundo delantero o mediapunta. Teniendo como referencia al mediocentro contrario y la portería como punto de mira para disparar desde la media distancia.
Pues bien, nunca he entendido a los entrenadores que le han permitido a Isco deambular por todo el campo sin ton ni son. Tratando de convertirse en director de orquesta de un equipo que nunca podrá jugar al ritmo que él decida marcar. Es más, aun reconociendo que ayer cumplió como segundo delantero, no tengo la menor duda de que Modric hubiera realizado muy bien esa misión y además hubiese puesto a prueba a Ter Stegen. Lo cual no hizo el tan celebrado Isco.
La labor de los comentaristas de televisión y de los articulistas en los medios no es tarea fácil. Pero es necesario exigirles que cuenten lo que ven, nunca lo que quieren ver y muchos menos lo que fingen ver. Tampoco les beneficia excederse en los halagos con algunos si, luego, no son capaces de ser ásperos con quienes no dan pie con bola. Y mucho menos descargar la rabia sobre Bale, tachándolo de legañoso. Ese adjetivo es tan improcedente como decirle a un periodista que es má feo que Picio
Pues bien, nunca he entendido a los entrenadores que le han permitido a Isco deambular por todo el campo sin ton ni son. Tratando de convertirse en director de orquesta de un equipo que nunca podrá jugar al ritmo que él decida marcar. Es más, aun reconociendo que ayer cumplió como segundo delantero, no tengo la menor duda de que Modric hubiera realizado muy bien esa misión y además hubiese puesto a prueba a Ter Stegen. Lo cual no hizo el tan celebrado Isco.
La labor de los comentaristas de televisión y de los articulistas en los medios no es tarea fácil. Pero es necesario exigirles que cuenten lo que ven, nunca lo que quieren ver y muchos menos lo que fingen ver. Tampoco les beneficia excederse en los halagos con algunos si, luego, no son capaces de ser ásperos con quienes no dan pie con bola. Y mucho menos descargar la rabia sobre Bale, tachándolo de legañoso. Ese adjetivo es tan improcedente como decirle a un periodista que es má feo que Picio
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