Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

jueves, 23 de enero de 2020

Técnica es el perfecto conocimiento del oficio


Durante el partido entre Unionistas de Salamanca-Real Madrid, correspondiente a la Copa del Rey, jugado en el Campo de Las Pistas, cuyo terreno de juego, por mor de una nevada, estaba duro como el pedernal, y el frío "campaba por sus respetos", el clima me hizo recordar mi estancia en la provincia salmantina; por ser jugador del Béjar Industrial. Equipo que estaba integrado en el Grupo XIII de Tercera División. Corría la temporada 59-60 y la Unión Deportiva Salamanca era favorita para lograr el ascenso a la Segunda División A.

Aquella Tercera División era tan fuerte como complicada. Estaba formada por clubs respaldados por aficiones capaces de llenar los campos todos los domingos. Burgos, Salamanca, Ponferrada, Palencia, Cacereño, Zamora... Eran los favoritos. Pero todo se igualaba muchísimo, debido a que todos los campos ofrecían dificultades que a veces parecían insalvables. En aquellos terrenos de juego inhóspitos, jugaban bien quienes eran mejores técnicamente. Siempre y cuando se entienda por técnica el perfecto conocimiento del oficio.

Aún recuerdo un partido frente a la U D Salamanca, celebrado en El Calvario, estadio anterior al Helmántico, donde jugamos en un terreno donde mantenerse de pie parecía misión imposible. No obstante, el encuentro fue calificado de sobresaliente por los plumillas de la época. Tampoco he olvidado las inclemencias soportadas en un campo donde lo primero que hacíamos es mirar la fecha en la cual debíamos rendir visita a la S D Hullera Vasca-Leonesa. Pues era recomendable cubrirse la frente con un pañuelo para evitar que la tierra adherida al balón te hiriera al golpearlo con la cabeza.  Y así podría ir enumerando hechos que se daban en el fútbol de los años cincuenta y sesenta.

En aquellos tiempos había jugadores que mostraban toda su calidad por más que el escenario fuera lamentable. Eran capaces de dominar el balón a pesar de las circunstancias adversas del viento, de la lluvia, y del terreno de juego convertido en un lodazal o bien duro como para saber que una caida les podía causar heridas y magulladoras en todo el cuerpo. Tal era el dominio del esférico que regateaban con facilidad pasmosa y desbordaban líneas mediante conducciones irreprochables. Disparaban desde la media distancia con tanta dureza como acierto. Y eran diestros en el fútbol aéreo.

Por consiguiente, viendo Unionistas de Salamanca-Real Madrid por Cuatro Televisión, los comentaristas no pararon de decirnos que todos los fallos de los jugadores merengues se debían al mal estado del terreno de juego y a las condiciones atmosféricas adversas. Craso error... Puesto que los futbolistas del Madrid son técnicamente superiores a los jugadores salmantinos. Y por tanto han de adaptarse a cualquier escenario muchísimo mejor que los componentes del conjunto inferior. Otra cosa es que el frió reinante hubiera predispuesto a los futbolistas del Madrid a hacer una faena de aliño.












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