Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

miércoles, 12 de febrero de 2020

Acción temeraria en El Hospital Universitario


He podido comprobar cómo lo hombres se cuentan entre ellos sus historias de infartos como las mujeres repiten sin cesar los relatos de partos y embarazos. Que si dolor en el brazo izquierdo, que si un ahogo inexplicable, que si un dolor en el pecho, que si el tratamiento... Debo decir que he accedido a ese conocimiento por haber ingresado hace dos años en la cofradía de quienes el corazón les dijo en un momento determinado que ya no estaba dispuesto a aguantar el ritmo de vida a que estaba siendo sometido. 

Cuando tuve ese aviso, lo primero que hube de superar es la tristeza infinita que deja esa afección. A la que combatí afrontando mis actividades -de siempre- tras consultar con los médicos. Actividades tanto de orden físico como emborronando cuartillas sin cesar. Como si el accidente cardiovascular fuera ya cosa del pasado. Esa tarea, sin embargo, estuvo acompañada siempre de una dieta draconiana: nada de grasa, nada de sal, nada de alcohol...  Hasta lograr un peso ideal. 

Cumplí el tratamiento a rajatabla. Hasta el punto de que algunas personas con problemas similares llegaron a decirme que preferían cascarla en seguida a vivir como un asceta. Y estaban en su perfecto derecho de no sufrir privaciones. Por más que yo no compartiera ese modo de proceder. Hoy, durante mi paseo por la Avenida de Martínez Catena, me he cruzado con un conocido que tiene implantado dos stent y que me ha parado para decirme que no le aseguran que la revisión pactada con el cardiólogo pueda producirse porque ni en la fecha indicada ni más adelante se espera que haya un especialista del corazón en El Hospital Universitario.

Enterado de que en Ceuta muchos pacientes tienen que vivir sin las revisiones que precisan sus corazones dañados, no sólo me aterra sino que me hace renegar de cuantas personas estén implicadas en semejante desatino. Lo dice quien siempre ha destacado el tratamiento recibido por los profesionales de la medicina en El Hospital Universitario. Y que ha reconocido lo mucho que hacen con tan escasos medios. 

La pregunta a un hecho tan lamentable es de cajón: ¿creen los responsables de la Sanidad en esta ciudad que todos los pacientes pueden acceder a consultas privadas? No me extraña, por tanto, que la gente se eche a temblar en cuanto oye hablar de la eutanasia -a veces tan necesaria-.  En vista de que la falta de cardiólogos en El Hospital Universitario no deja de ser una acción temeraria. La cual puede costarle la vida a alguien por una dejadez impropia en quienes están encargados de enfrentarse a la Parca con medios y conocimientos.






 




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