Fede Valverde
El mejor alabador que ha tenido Fede Valverde desde que se hizo con la titularidad en el Madrid, merecida a todas luces, ha sido Jorge Valdano. Tantos y tan exagerados han sido sus elogios como para pensar en que los excesivos ditirambos dirigidos al jugador uruguayo no le harían a éste ningún bien. Ya que los halagos por sistema siempre acaban perjudicando a quien los recibe. Ya que no hay cosa peor que situar a alguien en la cresta de la ola. Pues queda expuesto a los caprichos inexplicables de la mar.
Jugar de manera sobresaliente todos los partidos es muy díficil. Por no decir imposible. Ayer, por ejemplo, Valverde se empeñó en conducir el balón a fin de desbordar líneas adversarias cuando menos convenía y sin acierto. Y el comentarista estrella de Movistar Canal Plus no paró de ensalzar, una y otra vez, las acciones emprendidas por el jugador revelación de la temporada. Así que me vino a la memoria el nombre de Kovacic: tan maltratado en su día por hacer lo mismo y, en bastantes ocasiones, con éxito. Y es que más vale caer en gracia...
El mejor alabador que ha tenido Fede Valverde desde que se hizo con la titularidad en el Madrid, merecida a todas luces, ha sido Jorge Valdano. Tantos y tan exagerados han sido sus elogios como para pensar en que los excesivos ditirambos dirigidos al jugador uruguayo no le harían a éste ningún bien. Ya que los halagos por sistema siempre acaban perjudicando a quien los recibe. Ya que no hay cosa peor que situar a alguien en la cresta de la ola. Pues queda expuesto a los caprichos inexplicables de la mar.
Jugar de manera sobresaliente todos los partidos es muy díficil. Por no decir imposible. Ayer, por ejemplo, Valverde se empeñó en conducir el balón a fin de desbordar líneas adversarias cuando menos convenía y sin acierto. Y el comentarista estrella de Movistar Canal Plus no paró de ensalzar, una y otra vez, las acciones emprendidas por el jugador revelación de la temporada. Así que me vino a la memoria el nombre de Kovacic: tan maltratado en su día por hacer lo mismo y, en bastantes ocasiones, con éxito. Y es que más vale caer en gracia...
Isco Alarcón
De higos a brevas suele hacer un partido digno de ser destacado. Sucedió en El Sadar. Dado que ese hecho ocurre de tarde en tarde confieso que ya no me acordaba de cuándo fue la última vez que le vi rendir como ha de exigírsele a un jugador del Madrid. Isco tiene la suerte de que es bien tratado por los medios hasta cuando no toca bola. O bien decide jugar a su albedrío. Es decir, a su capricho: dos regates aquí, una ruleta allá, tres pasecitos sin moverse del sitio, o incluso tomarse la libertad de deambular por todo el campo tratando de imponer su estilo de juego...
Así que sus rendidos admiradores no han dudado en decirnos que Isco es insustancial cuando no está bien, y mágico cuando se le enciende la bombilla. Pero se les ha olvidado manifestar que la bombilla se le funde muchas veces. Lo de Isco es similar a esos toreros cuyo arte encandila a muchos aficionados. Pero que han de esperar pacientemente a que les salga el toro apropiado. O sea, un astado hecho a su medida. Ahora, tras su buena actuación en Pamplona, sus adictos opinan que a los artistas hay que exigirles lo justo...
Así que sus rendidos admiradores no han dudado en decirnos que Isco es insustancial cuando no está bien, y mágico cuando se le enciende la bombilla. Pero se les ha olvidado manifestar que la bombilla se le funde muchas veces. Lo de Isco es similar a esos toreros cuyo arte encandila a muchos aficionados. Pero que han de esperar pacientemente a que les salga el toro apropiado. O sea, un astado hecho a su medida. Ahora, tras su buena actuación en Pamplona, sus adictos opinan que a los artistas hay que exigirles lo justo...
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