Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

martes, 17 de marzo de 2020

Permanecer casa


Transitar la calle ha sido siempre motivo de satisfacción para mí. Hablar con la gente. Participar en corrillos en que los temas de conversación fueran, entre otros, charlar sobre ladrones y políticos, sobre comer, beber, vestirse y viajar, sobre deportes, amigos... Y hablar de lo divino y humano. Bien pronto aprendí que la conversación puede ser un ejercicio relajante, tedioso, estimulante, inútil... Dependiendo de quienes fueran los interlocutores. Incluso hubo días, muchos días, durante mi larga vida como tertulio, que mi estado de ánimo me impedía estar a la altura de las circunstancias. Así que antes de meter la pata me ausentaba del escenario con celeridad.

Lo que yo no concebía era encerrarme en mi domicilio, salvo por causas de fuerza mayor. Pero hace ya varios años tomé la decisión de caminar por las mañanas, durante una hora y media, y a partir de ahí no pisar más la calle hasta el día siguiente. Eso sí, debo decir que tengo los estímulos suficientes para no echar de menos la forma de vida anterior. Lo cual no siginifica que no comprenda a las personas que no cesan de decirnos que el confinamiento a que están siendo sometidas por el virus les está produciendo ya claustrofobia. Y naturalmente se quejan de que comienzan a ser presa de los nervios.

De entre mis estímulos para sentirme bien en mi casa, prima el leer para poder escribir. Y lo digo sin ánimo alguno de presunción. Precisamente, la llegada del Coronavirus me cogió releyendo HISTORIA DE LAS IDEAS POLÍTICAS II. En la que Pascal habla sólo de los hombres: "Cuando me puse a considerar en alguna ocasión las diversas agitaciones de los hombres... descubrí que toda la desgracia de los hombres proviene de una sola cosa, que es el no saber  permanecer en reposo en una habitación".

Voltaire responde: "El hombre ha nacido para la acción, como el fuego tiende hacia arriba y la piedra hacia abajo. Para el hombre, no estar ocupado y no existir es la misma cosa". Condorcet: "Como filósofo, Voltaire es el primero que ha expuesto el modelo de un simple ciudadano que abarca en sus propósitos y en sus trabajos todos los intereses del hombre en todos los países y en todos los siglos...".

Resumiendo: el coronavirus será la causa -tal vez- de que volvamos a padecer otra crisis económica. En la cual habría parados a granel. Lo que no dejaría de ser otra tragedia. Personalmente, el parado es una persona psicológicamente frágil. La normalidad del trabajo entre los adultos sanos hace que sea esta actividad la que les da no sólo seguridad material, sino también una forma de identidad social, y de organización del tiempo y del espacio. El problema del parado no es por lo tanto tan sólo económico, sino también de identidad y de organización de la propia vida. El pánico de los parados es una realidad.

Frase

"Un varón sin trabajo se siente casi emasculado".






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