Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

sábado, 12 de septiembre de 2020

Parafrasear


Dicen que Oscar Wilde parafraseó e invirtió las frases ingeniosas y los epigramas de otros. Su método de piratería literaria seguía la línea del ladrón Caco, que arrastraba las vacas robadas por la cola haciéndolas andar hacia atrás hasta llegar a su caverna, para que las huellas no le descubriera. Pues bien, hoy, salvando las distancias, como no podía ser de otra manera, trataré de emularlo.

Hay una autoridad en Ceuta que -cuando era funcionario- comía, bebía y disfrutaba del momento con ganas. Eso sí, cuando llegaba la hora de meterse la mano en el bolsillo solía expresarse de esta guisa: "Paga tú, Fulano, porque a mí no me gusta hacer ostentaciones". El sujeto sabe muy bien como ganar dinero, pero no sabe gastarlo. Es su mejor cualidad.  

Cuando yo me acuesto pienso que soy más tonto de lo debido. Duda que no acompaña a cuantos aprovecharon  el declive del Grupo Independiente Liberal (El GIL) para darse de alta en el Partido Popular. Y desde entonces no han dejado de servir al político que descubrió en ellos una inteligencia basada en decir amén y a mandar, señor, que para eso estamos.

Los políticos aborrecen las críticas adversas. Y dado que tienen recursos suficientes para suprimirlas, lo primero que hacen es pedir la cabeza de quien las escribe. Sin caer en la cuenta de que no las extinguen: dado que más pronto que tarde aparecerán por otros canales. Y serán como su autor quiera que sean. Prueba evidente de que no era él quien deseaba perseguir sañudamente al monterilla.

El Covid-19, enfermedad del siglo XXI, parece tener la misión de recordarnos la vulnerabilidad de la especie. La pandemia ha logrado cundir el pánico entre la gente. No obstante, todavía no ha conseguido que el sentido común brille en todo su esplendor. Y ahí esta el quid de la cuestión. Que no solemos aprovecharnos de esa salud contagiosa.

Cuando vea a nuestro alcalde muchas veces en la televisión local, dé por hecho que ya está preparando la próxima campaña electoral. Menos mal que el poder envejece y por consiguiente sus discursos son cada vez más cortos y previsibles: "Ceuta, chiquita y marinera...". Y a partir de ahí se le nota el cansancio y el deseo de hacer cuanto antes mutis por el foro.


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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