Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

sábado, 2 de mayo de 2020

Libertad condicional


Llevamos dos días disfrutando de una libertad condicional. Es decir, que tenemos que cumplir a rajatabla con todos los requisitos publicados por el Gobierno durante nuestra estancia en la calle. De no ser así, mucho me temo que el permiso provisional pueda ser cancelado en cuanto el número de contagiados sea superior al previsto por quienes asesoran a Pedro Sánchez. Decisión que, en caso de producirse, causaría mucho daño entre quienes no son capaces de conllevar el confinamiento con resignación. Y, naturalmente, haría mella en la moral de las personas que soportaron estoicamente la reclusión.

No olvidemos que en el mes de mayo las temperaturas suben. Que el sol de junio enciende los sembrados. Y que por San Juan, el primer baño. O sea, que las playas empiezan a llenarse de gente. Por lo tanto, no sería descabellado anticipar que un nuevo encierro del personal entre cuatro paredes podría propiciar una pandemia de desobediencia... Difícil de sofocar. Cierto es que los españoles han cumplido rigurosamente con el enclaustramiento durante cuarenta y ocho días. Lo cual ha desterrado la idea de esa indisciplina que se nos ha venido achacando como algo innato desde los tiempos de Maricastaña. 

En cambio, los políticos no han estado a la altura de las circunstancias. No sólo porque el virus, a pesar de las informaciones que tenían por lo que estaba sucediendo en China e Italia, los cogió sin saber lo que hacer y con los hospitales vacíos de materiales adecuados para hacerle frente a una infección que mata, no; sino porque muchos de ellos se saltaron a la torera las normas establecidas por las autoridades sanitarias. Los populares, por ejemplo, pusieron en la picota tanto a Pablo Iglesias como a Irene Montero. Pero pronto han demostrado que todos son iguales. Esto es, que padecen el virus de la endogamia.

El virus de la endogamia acecha y corroe a todas las organizaciones humanas y lo tachan de ser una infección patológica que nos hace piadosos con los fallos de los nuestros e inclementes con los fallos de otros. Por seguir la senda evangélica, como dijimos no ha mucho, se trata de ver la paja en el ojo ajeno, y no la viga en el propio. Buena parte del deterioro de la clase política procede del uso de la ley del embudo, con que los políticos reaccionan ante las irregularidades delictivas, o no, de sus mienbros; es decir, disculpas y excusas si son compañeros, dureza y represión si son sus adversarios.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, tan severa siempre con sus adversarios políticos, decidió acudir al cierre del Hospital instalado en el Ifema. Y lo hizo montando una especie de guateque con bar y bocatas de calamares, como si estuviera dándose un garbeo por el Madrid de los Austrias. La presidenta incumplió las normas establecidas en relación con las distancias y sobre todo con las correspondiente a la aglomeración.

La presidenta no dudó en aprovechar la ocasión para hacerse el artículo en un escenario inadecuado. Eso sí, sus voceros salieron en tromba a decirnos que a la señora Díaz Ayuso le pudo la emoción. Y, como anda tan sobrada de sentimientos, hoy ha pedido disculpas. Y a otra cosa...

Frase

A la política no se va a aprovecharse de las circunstancias trágicas.




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