Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

domingo, 7 de junio de 2020

Fastidiosas y fastidiosos


En la década de los años ochenta vivimos días apasionantes, colmados de cambios y novedades en todos los órdenes de la vida: la política, la ciencia, la ténica, la cultura, nuestra propia sociedad... Recuerdo que entonces muchos hombres, remedando a Paul Valéry, aquel desagradable misógino, calificaban a las mujeres en tres categorías: "las fastidiosas, las fastidiantes y las fastidiadoras".

Una señora de la época, le dijo a una periodista afamada, que ella cumplía perfectamente con todas sus obligaciones, como madre y esposa; sin embargo reconocía que había algo en su cabeza que no funcionaba bien. Y le confesó lo siguiente: "No puedo evitar mis gruñidos y protestas a chorro continuo contra el caballero con quien comparto la vida. Y lo peor es que me he dado cuenta de que no soy la única. Todas refunfuñamos. Lo sabemos, lo admitimos. Aunque no evitamos el problema".

Las fastidiosas -también hay hombres fastidiosos- hacen huir a los hombres. No siempre, claro, porque muchos no tienen valor para hacerlo. Así que procuran estar el menos tiempo posible en la casa. Suelen inventarse horas extras en el trabajo, se apuntan a actividades deportivas o asociativas, y los fines de semana se pasan la tarde ante la pequeña pantalla sin decir ni pío...

Los maridos, cuando se resignan, se consuelan cada vez más en las actividades extrafamiliares, pero en casos extremos suelen largarse para no volver nunca más. Las fastidiosas pueden dar muestras de ser unas trabajadoras meritorias, unas amas de casa irreprochables, y unas madres dominadoras. Pero no acaban de comprender lo que les sucede. Entonces acusan a los hombres, a todos los hombres, de ser... lo que no son.

Durante el confinamiento, me dice un experto en separaciones, éstas se han producido, en bastantes casos, por haberse juntado el hambre con las ganas de comer. A saber, que muchas parejas, compuestas por fastidiosas y fastidiosos, se han visto obligadas a pasar muchas horas juntas y pocas han sido las veces en que las discusiones no se han salido de madre. Hasta el punto de que se han dicho impropios. Las separaciones no dejan de ser otra consecuencia del coranavirus.














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