Sevilla-Betis

Partido que ha despertado enorme expectación. Debido a que será el primero que se celebre para reanudar La Liga Santander, tras ser suspendida en marzo. Y, naturalmente, porque un Sevilla-Betis o viceversa siempre será un espectáculo deportivo. La clasificación del equipo verdiblanco es muy inferior a la de su rival. Pues mientras el conjunto hispalense ocupa el tercer lugar -con 39 goles marcados y 29 encajados-, el verdiblanco está en la duodécima posición -con 38 tantos a favor y 43 en contra-. Lo cual evidencia su fragilidad defensiva

Hoy me ha llamado Miguel Turía, bético hasta la médula, para preguntarme si, como es habitual en mí, prefiero que el ganador sea su equipo. Y le respondo, una vez más, que sí. Sobre todo porque en el Betis juega mi paisano Joaquín Sánchez. Aunque será un partido complicado para el conjunto entrenado por Rubi. Sobre todo porque éste no ha conseguido aún erradicar el estilo de juego amanerado que impuso Quique Setién. Es decir, que el problema del Betis se llama indefinición cuando posee el balón.

Cierto es que Rubi ha intentado imponer un modo de juego donde se trate bien el esférico pero no hasta el punto de dar mil pases sin que el portero adversario se vea obligado a intervenir. Y ha ocurrido lo peor: que el Betis no ha mejorado. Es decir, que sigue perdiendo muchos balones en zonas consideradas peligrosas. Fallos que le han costado goles en contra y pérdidas de puntos. Lo que ha generado una división entre jugadores y aficionados. De un lado están quienes añoran el tiqui-taca de otrora, y de otro los que abogan porque el estilo de juego del técnico catalán sea más práctico. 

Los béticos, me dice Miguel Turía, sueñan con que su equipo vuelva a jugar como lo hizo frente al Madrid en el mes de marzo. En fin, que el jueves se reanuda La Liga Santander y los aficionados al deporte rey volveremos a disfrutar de un espectáculo único.