Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

domingo, 6 de septiembre de 2020

España golea a Ucrania

La idea de salir jugando desde atrás, aunque cueste perder balones que pongan al portero al borde de una ataque de nervios (ante una Selección Española que presionó desde el comienzo del partido), más que error por parte de quien lo ordena me parece necedad. Verdad es que a los dos minutos Ansu-Fati hizo una jugada extraordinaria que acabó en penalti. Sergio Ramos lo ejecutó con su habitual seguridad y los ucranianos siguieron con su fútbol pueril, enjuto e inoperante.

De Ansu-Fati cabe decir que jugó una gran primera parte y que el equipo español estuvo sensacional como bloque convencido de sus posibilidades. Me agradó sobremanera la concordancia existente entre los laterales y los interiores. Es decir, el buen entendimiento entre Navas y Olmo y el de Reguilón con Ansu Fati. La interpretación del 4-3-3 fue muy buena. Con Thiago, Rodri y Merino dominando el centro del campo: lugar donde se cuecen las victorias y las derrotas. 

En el equipo español corre la pelota y corren sus jugadores. Se han acabado, según estamos viendo, los pasecitos cortos y horizontales por sistema y se busca, en cuanto se roba el balón, la portería adversaria con el mínimo de toques y atacando los jugadores más cercanos a la acción. Impera la velocidad por los costados. Y parece ser que el seleccionador no permite adornos incecesarios. Sabedor de que el fútbol de tuya y mía... ha dado ya paso otro estilo amparado en la presión, robo y presentarse raudo en el área contraria.

Luis Enrique, además, ha logrado que Ramos juegue mejor en el lado derecho de la zaga. Demarcación en la cual no se le ven los defectos que acusa en el lado siniestro. Debido a que en esa posición actúa con más naturalidad y con menos esfuerzos. Y, claro es, comete menos errores.  Tampoco conviene echar en saco roto que el seleccionador distribuye a sus hombres con la racionalidad que exige el fútbol. Salvo casos aislados donde convenga que alguien juegue a pierna cambiada o bien por necesidad. 

En rigor, hemos visto a un combinado español donde el rendimiento generalizado nos permite creer que dará muchas alegrías a los aficionados. Golear a los ucranianos no es tarea fácil. Por más que ellos hayan tenido una noche aciaga. Debido a que enfrentarse a España jugando algo parecido al gilifútbol es exponerse a salir trasquilado. Y así ha sido. 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

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