Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

martes, 13 de octubre de 2020

España sin tino y mal dirigida

Ucrania llegó al partido frente a España con muchas bajas y habiendo sido derrotada por siete goles en Francia y perdido con Alemania por un fallo garrafal de su portero. Así que salió encogida y dispuesta a defender en su propio campo. Apenas si acercó a la portería defendida por De Gea. Si bien los ucranianos derrocharon entusiasmo y estuvieron muy aplicados en los marcajes. 

Luis Enrique decidió jugar con Adama Traoré y Ansu Fati muy orillados a las bandas y Rodrigo como delantero centro. Lo cual hizo que Navas y Reguilón quedaran huérfanos de espacios para atacar por los costados. Ni que decir tiene que las incursiones de ambos se echaron de menos. Ansu Fati, a quien se le puede pasar el balón al pie e incluso al espacio libre, no carburó en esta ocasión. Anduvo desorientado y cabizbajo. La velocidad de Traoré vale un Potosí. Pero se está desaprovechando.

Traoré necesita balones al espacio libre para que su potencia destroce todo el sistema defensivo de sus rivales. Y si no convendría situarlo como segundo delantero para que sus desbordes en carrera lo sitúen frente a la portería. De qué vale, me he preguntado yo muchas veces, que eluda el marcaje del lateral y acabe centrando si España carece de rematadores de cabeza. Es lo que ha pasado en este partido. La primera parte pasó sin pena ni gloria. 

En la segunda mitad, España no reaccionó ni siquiera con los cambios. La solución de Luis Enrique fue insistir en que todos los balones pasaran por Traoré y que éste centrara a ver si sonaba la flauta... Pero, digan lo que digan los demás, sus centros no eran precisamente los más indicados para rematarlos. Ante la endeblez de nuestra selección se fueron creciendo los ucranianos. Y, claro, marcaron su gol y a partir de ahí fueron tan aguerridos cual felices defendiendo a ultranza el resultado.

El seleccionador español, cuando el partido estaba dando las boqueadas, decidió que Sergio Ramos ocupara la demarcación de delantero centro para que éste obrara el milagro del empate. Pero ni los centros eran buenos ni el portero ni los defensas ucranianos dieron facilidades. Así que justa victoria de Ucrania ante una España torpe, carente de gol, y mal dirigida hoy desde el banquillo. 

 

 

 

 

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