Mi primera Navidad en casa

Fructuoso Miaja -concejal, senador y alcalde socialista de Ceuta- habla en sus memorias de la primera Navidad que pasó en su casa tras salir del penal de El Puerto de Santa María. 

En aquel tiempo se repetía insistentemente que era necesario mirar hacia atrás sin amarguras ni reconcores. Aunque el miedo seguía existiendo. Los ganadores de la guerra seguían hablando de la mala fe de los perdedores y éstos apenas si se se atrevían a decir esta boca es mía. Mi madre me pedía tranquilidad, prudencia... Y me hablaba de que los años cuarenta habían sido muy malos. Era una España enfrentada con el mundo pero convencida de sus valores eternos. 

Franco nada más que podía jactarse de la amistad con Portugal y los países árabes. Era mi primera Navidad en casa, tras varios años de encierro. El Caudillo, en su mensaje navideño, habló de la generosidad del pueblo español. Debido a que el Régimen había concedido recientemente un amplio indulto a los presos de España. Gracias al cual se habían podido unir a sus familiares en tan importantes fechas.

Nada más que se hablaba de Dios, del Papa y de la fecunda sangre derramada por los mártires de la Cruzada de Liberación. El Faro, periódico que leía diariamente, sólo reflejaba cosas de política internacional y de fútbol. Se palpaba que Estados Unidos buscaba el acercamiento con España para frenar el comunismo en Europa. Los rusos que habían ganado la guerra con la ayuda americana, trataban de derribar el capitalismo. Una situación que favorecía las aspiraciones de Franco y alejaba cada vez más las posibilidades de que la dictadura se hundiera irremisiblemente. 

Me apasionaba el fútbol. Y la Sociedad Deportiva Ceuta mandaba en el Grupo V de Tercera División. El entrenador se llamaba Palencia. Y había una alineación que sigo recitando de memoria, a pesar de los años transcurridos. Jugaban Zamorita, Junco, Oramas, Pepín; Guerrero, Domínguez, Gil, Urdiales, Natalio, Martínez y Pedrín.

Natalio era un magnífico delantero. Aparentaba más años de los que había cumplido. Debido a que tenía una cara avejentada. Pero hacía goles con una facilidad pasmosa. Actualmente, sin duda alguna, sería una figura de nuestro fútbol.