Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

jueves, 25 de febrero de 2021

Alabanza entusiasta y exagerada a Isco

Yo opino de los partidos del Madrid en cuanto terminan. Al día siguiente leo casi todo lo que se ha escrito al respecto. Porque me agrada conocer los pareceres emitidos por quienes se consideran especialistas del deporte rey, debido a que les dan voz en medios de tirada nacional. Asimismo escucho atentamente a los comentaristas de televisión y en ocasiones de la radio: siempre acompañados por glosadores que han sido futbolistas profesionales. Y saco mis conclusiones. 

He leído que "Zidane claudicó ante Isco por necesidad. Y que el malagueño venía de soportar de manera estoica las últimas humillaciones a las que le ha sometido su entrenador". Y a partir de ahí el plumífero se convierte en turifero del jugador nacido en Arroyo de la Miel. Así que no duda en canonizarlo con balanceos de botafumeiro sin solución de continuidad. Y lo hace salmodiando sus actuaciones en las tres Champions ganadas por el técnico francés como entrenador. Pero sin decir ni mu sobre las temporadas que lleva Isco sin dar pie con bola.

El periodista especializado en fútbol no duda en contarnos que la gran actuación de Isco frente al Atalanta tiene mucho mérito porque la logró jugando en una posición que no es la suya. ¿Cuál es la posición de Isco? Yo siempre he dicho que lo ideal sería que lo hiciera como mediapunta, o segundo delantero, y es la misión que le encomendaron todos los entrenadores que ha tenido en el equipo blanco. Pero el futbolista, convencido de que debe jugar a su libre albedrío, se situaba por detrás de Casemiro para convertirse en director de orquesta de su equipo. Craso error que molestaba a ese trío compuesto por Kroos, Casemiro y Modric. Pues ralentizaba el juego y hacía previsible los ataques; permitiendo el repliegue cómodo de los adversarios.

Frente al Atalanta, Zidane le asignó a Isco una misión concreta y a éste le vino como anillo al dedo jugar como falso nueve o delantero flotante; es decir, más o menos como mediapunta para dejar sin referencia de marcaje a los centrales italianos y asimismo ayudar a sus compañeros del centro del campo. Y se limitó a cumplir lo ordenado. Y lo hizo notablemente. Lo cual no es motivo para que lo colmen de ditirambos que no dejan de ser absurdos. Puesto que el espacio que él dejaba no lo ocupaba nadie. Debido a que ni Vininicius ni Marco Asensio se prodigaban por esa zona. 

En suma: las loas a Isco nunca le beneficiaron. Es más, cada vez que ha sido lisonjeado por quienes se conforman con ver una finta, dos regates, una ruleta o un pase perfecto, el futbolista se ha desviado de su camino y ha emprendido el de jugar a su aire porque sí. Pues está convencido de que es un verso suelto. Pero tanto en el Madrid como en el Barcelona, o en cualquier otro equipo grande, los versos sueltos han de ser como Cristiano Ronaldo o Lionel Messi: capaces de ganar partidos jugando como ellos lo crean conveniente.

 




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