Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 8 de febrero de 2021

Mabel Deu y Yolanda Bel

Son dos señoras que destacan en el Partido Popular de Ceuta. Desconozco si se aprecian de verdad o si se odian cordialmente. Lo que sí sé es que ambas adoran a su pigmalión: Juan Vivas. Así me lo confesaron cuando las entrevisté años atrás. Las dos me hablaron de la influencia que el sempiterno alcalde de esta ciudad ejercía sobre ellas. Reconociendo, además, que de no haber sido por esa protección jamás hubieran logrado ocupar cargos importantes en el Gobierno. Creo que forman el mejor trío político de los populares. De ahí que lleven tantos años subidos en el machito.

Mabel Deu empezó a destacar en el año 2003. Su puesta en escena se produjo durante las Fiestas Colombinas. Fue como acompañante de nuestro alcalde, debido a que los festejos onubenses estuvieron dedicados a Ceuta. La señora Deu era -en aquel tiempo- una mujer atractiva y dialogante. Y, claro, al alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez González -gran anfitrión- se le caía la baba ante una mujer caballa que quitaba el sentío, según decía él.

Dieciocho años han pasado desde entonces. No son pocos. Pero no tantos como para que la vicepresidenta y consejera de presidencia y de Gobernación lleve puesto el ceño. Y a mí me da grima verla con esa careta de enfado permanente. Alguien me reconoció hace ya cierto tiempo que se le había agriado el carácter. También me dijo que su sonrisa afloraba en cuanto veía a Vivas. Es la ventaja que tiene ser pigmalión. 

En lo tocante a Yolanda Bel, actual secretaria general del PP en Ceuta, debo decir que perdió su encanto siendo la portavoz del Gobierno presidido por Juan Vivas. De lo cual hace ya la tira de tiempo. Así que pasó de ser una mujer que entraba por los ojos a dar la impresión de estar siempre reñida con el mundo mundial. Si bien es cierto que jamás se le oyó criticar a su pigmalión. Faltaría más... A pesar de que éste la puso en el lugar preciso para que se quemara con celeridad. Y a fe que acertó de pleno. Pero YB jamás dijo nada que pudiera molestar a quien tanto le debe...


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