Karim Benzema lleva doce temporadas en el Madrid. Durante nueve estuvo a la sombra de Cristiano Ronaldo. Éste hacía los goles y el francés no tuvo más remedio que pisar otros espacios. A fin de que su presencia como nueve nato no propiciara la acumulación de más rivales en la parcela por la cual se movía la estrella portuguesa. En todos los partidos, salvo en contadas ocasiones, CR hacía de palomero. Es decir, que se afincaba en el área para recibir balones y aumentar su cuenta goleadora. Así que Benzema fue retrasando su posición no sólo para impedir las acciones del rival encargado de darle salida al balón, sino que además enlazaba con sus centrocampistas, proporcionaba el último pase o chutaba desde la media distancia.
Su labor, cuando no era acompañada de goles, generó dudas... Sobre todo a raíz de que CR fuera traspasado al Juventus. De modo que mientras unos lo criticaban con acritud, otros le reconocían sus virtudes y también los había, entre quienes servidor se incluye, que opinaban por qué motivo no se le situaba como mediapunta por detrás de un delantero centro capacitado para desenvolverse en espacios pequeños y que estuviera acreditado por sus goles. Cito de memoria: tuvieron su oportunidad Morata, Luka Jovic, Borja Mayoral, Álvaro, Mariano... Pero la cosa no funcionó. Como tampoco ha fructificado la decisión de que fuera Isco quien hiciera de Benzema para que éste actuara en espacios más reducidos.
Conclusión: Benzema es un delantero centro falso que genera muchas dudas a los zagueros encargados de su marcaje. Debido a que sus desmarques son magníficos. Es temible cuando se aleja de los centrales y los invita a abandonar sus rincones de seguridad. Puesto que una vez que posee el balón es muy difícil que no saque provecho de su talento. Muchas veces me han preguntado el motivo por el cual Zidane es partidario del sistema 1-4-3-3. Y entre otras cosas, que no vienen al caso hoy, respondo con celeridad: a Benzema le conviene que las bandas estén cubiertas por extremos rápidos y capaces de regatear en carrera. Lo cual es muy difícil, actualmente, pero necesario ante defensas cerradas a cal y canto. Con el fin de ponerlos en juego y que el francés llegue desde atrás para aprovechar los centros atinados.
La tarea de Benzema, ante equipos replegados intensamente, es más difícil; lo cual no deja de ser una perogrullada. Pero en cuanto deciden dar un paso al frente y pierden el balón, surge Karim Benzema para penalizar el error. El francés está que se sale. De él, de su estado de forma y de sus goles, depende más que nunca su equipo. El problema radica en que por las bandas no carburan como debieran ni Marco Asensio ni Vinicius ni Rodrygo.
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