Charla con un lector de este blog

Hace tiempo que no habla usted de Sergio Ramos, me dice un lector de este blog con quien suelo cruzarme casi todos los días cuando disfruto de mi caminata mañanera. Sus palabras no me suenan a quejas. Y accedo a pararme con él para charlar de fútbol. Ambos coincidimos en que lo echamos de menos durante el tiempo en el cual estuvo suspendida La Liga por mor de la pandemia. De su importancia no cabe la menor duda, manifiesta él. Y remata su opinión con la siguiente revolera: "Por algo fue tachado de ser el opio del pueblo".  

Mi interlocutor no me cree cuando le digo que ser espectador de dos partidos en un día es un auténtico sacrificio para mí. Porque estaba convencido de que yo formaba parte de los que no se cansan de ver encuentros en la televisión. Ayer, precisamente, fui espectador del Real Madrid Castilla-Ibiza y del Athletic-Madrid. Así que acabé con la cabeza cargada y las cervicales maltrechas. También le cuesta trabajo admitir que yo lleve casi tres décadas sin pisar un campo de fútbol. En fin, que el hombre da muestras evidentes de asombro por mis confidencias. 

En lo tocante a Sergio Ramos, me expresé así: Jamás he negado yo su categoría futbolística. Lo que nunca he comprendido -y por tanto lo he aireado- es por qué, siendo diestro, ha jugado siempre a pierna cambiada. Es decir, en el lado siniestro. Demarcación que le ha impedido rendir mucho más y en la que ha cometido errores que eran evitables. Yerros que van aumentando con el paso de los años y de los que sacan provecho sus rivales. Es más, el equipo ha mejorado muchísimo desde que el 'Gran Capitán' no juega.

El que no actúe Ramos ha permitido que Militâo haya demostrado su valía. Hasta el punto de que se ha convertido en un central indiscutible. Y aún más: ha sido capaz de callar a todos los que emitían el siguiente parecer: "Sin Ramos en el césped, Varane, Militâo, Nacho y Mendy se quedan huérfanos de su liderazgo y por tanto son propensos a fallar y desde luego a no sacar la pelota  jugada desde atrás. Y tanta era la insistencia que los aficionados repetían la consigna como papagayos. 

El Madrid, querido lector, necesita hacerse con los servicios de un central zurdo. Por más que tenga a un derecho que es capaz de jugar en el lado izquierdo con solvencia. Me refiero a Nacho. Y Ramos haría muy bien en hacerse a la idea de que su concurso es prescindible. Así que debería aceptar la oferta del presidente para tener una salida airosa del club. Y, por encima de todo, recordarle que la máxima autoridad del equipo es el entrenador. Quienquiera que fuese. Por si acaso se le ha olvidado con el paso del tiempo.