Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

jueves, 20 de mayo de 2021

Lope Acosta mereció jugar en Primera División


Hace ya más de un mes que falleció en Tenerife Cristóbal Lope Acosta Lorenzo. Pero yo me enteré de lo suyo anteayer. Lope Acosta fue futbolista y nunca logró lo que más deseaba: Jugar en Primera División. No obstante, destacó sobremanera en muchos equipos. Creció en la cantera del Real Madrid y perteneció a los siguientes clubes: Mérida, Melilla, Ibiza, San Fernando, Jerez Industrial, Agrupación Deportiva, Ceuta, Granada, Oviedo, Tenerife... 

Estuvo en la plantilla del Mérida que yo entrené. Veloz y duro como el pedernal, no se achicaba nunca ante la dureza de sus marcadores. Era, sin duda alguna, más que un dolor de muelas para sus adversarios. No escatimaba esfuerzos y su arrojo en los remates causaba estragos en los sistemas defensivos. Así que su forma de competir le pasó factura en forma de lesiones. 

En la temporada 82-83, siendo yo entrenador de la Agrupación Deportiva Ceuta, lo llamé con el fin de que formara un dúo con Paco: otro delantero que jamás volvía la cara y que luchaba como un jabato tanto en  Ceuta como fuera. En torno a los dos se hizo un equipo que había generado tanta ilusión como para soñar con el ascenso. Pero el hombre propone y... pasó lo que pasó: los dos sufrieron lesiones graves y tardaron en recuperarse de ellas. 

Recuerdo que -en octubre de 1982- hablaba yo con Luis Jaramillo, árbitro de Primera División, en los vestuarios del Alfonso Murube, después de una sesión de entrenamiento, cuando Lope Acosta se dirigió a mí para decirme que, dada las bajas existentes, quería jugar frente al Badajoz, si yo lo creía oportuno. Su ofrecimiento era sincero. Y, conociendo su valor sereno y su hombría, no tenía la menor duda de que estaba dispuesto a todo con tal de ayudar al equipo. Pero me costaba lo indecible aceptar su propuesta sabiendo que cojeaba ligeramente y que era visible la pérdida de tono muscular que aún tenía su pierna derecha. Le respondí que lo pensaría... 

Jaramillo y yo nos quedamos dialogando acerca de la actitud del tinerfeño. De su sentido de la responsabilidad. Cierto es que yo necesitaba a Lope Acosta como el comer... Máxime cuando estaba convencido de que era capaz de jugar sin pensar en la lesión. Y sobre todo porque no tenía otra solución que alinear a un defensa como delantero frente a un Badajoz que había empezado la temporada con aires de favorito. Pero me mantuve en mis trece: por encima de todo debía prevalecer la salud del jugador. Lope Acosta mereció jugar en Primera División.  


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