El Madrid las pasó canutas

El Madrid dominó en la primera parte y marcó dos goles. Que bien pudieron ser más. Puesto que malogró ocasiones claras de batir a Dimitrievski. Marco Asensio y Vinicius orillados a las bandas sembraban el desconcierto en la defensa del Rayo con regates en carrera y la velocidad como arma principal de su juego. La actuación del jugador mallorquín invita a creer en que volverá a reverdecer laureles. Pero quien escribe hace ya tiempo que perdió la fe en que ese hecho suceda. Ojalá que me equivoque. 

El primer gol lo marcó Kroos -en el minuto 14- tras finalizar una jugada entre Asensio y Vinicius. El segundo lo obtuvo Benzema (38') al rematar un pase sensacional de Alaba. Bien pudo el Madrid aumentar su ventaja; gracias a su dominio aplastante. Pero no lo hizo. El Rayo fue mejorando a medida que avanzaba la segunda parte. Pero esa mejora sólo le valía para defenderse mejor. Tal vez esperando el bajón de juego que suele tener el Madrid a partir del minuto sesenta o setenta de partido. 

En esta ocasión fue a partir del minuto setenta cuando los blancos comenzaron a cometer errores de bulto. Dejaron de presionar con las líneas juntas y adelantadas. Casemiro se desentendió de su misión. Carvajal se veía desbordado a cada paso. Y los centrales se las veían y se las deseaban para cortar de raíz las acometidas de los rivales. Menos mal que Courtois es portero al que le chutan tres o cuatro veces y hace milagros: como corresponde a un guardameta del Madrid.

La salida de Falcao generó nerviosismo en la defensa merengue. Hasta el punto de que marcó gol en la primera jugada en la que intervino. Fue un remate con la cabeza que, tras golpear en Mendy, despistó a Courtois. El futbolista colombiano se resintió de una lesión muscular y fue sustituido. Pero ya le había metido el miedo en el cuerpo a los madridistas. Menos mal que Kroos despejó un balón cuando ya estaba batido Courtois. Susto morrocotudo y merecido para un equipo que, en llegando el minuto sesenta o setenta, se viene abajo y pasa las de Caín frente a cualquier rival. Hasta ahora ha tenido suerte. Pero la diosa Fortuna es esquiva...