Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

viernes, 12 de noviembre de 2021

Memoria de la ética

Es el título de un libro escrito por Emilio Lledó y que fue publicado en el año 1994. Lo he leído dos veces. Y hace tiempo que tomé la decisión de tenerlo a mano en el mueble de ayuda que está a la derecha del ordenador. Pues me agrada sobremanera tomar apuntes en ocasiones. Así que he decidido publicar varias citas que me parecen de mucho interés.

El que no puede vivir en sociedad o no necesita nada por su propia suficiencia, no es miembro de la ciudad, sino una bestia o un dios. Es natural en todos la tendencia a una comunidad tal, pero el primero que la estableció fue causa de los mayores bienes; porque así como el hombre perfecto es el mejor de los animales, apartado de la ley y de la justicia es el peor de todos: la peor injusticia es la que tiene armas (Política, I, 2, 1253a27-34).

El animal que habla

La razón por la cual el hombre es, más que la abeja o cualquier otro animal gregario, un animal social es evidente: la naturaleza, como solemos decir, no hace nada en vano, y el hombre es el único animal que tiene palabra (logos). La voz es signo de dolor y de placer, por eso la tienen también los demás animales, pues su naturaleza llega hasta tener sensación de dolor y placer y significársela unos a otros; pero la palabra es para manifestar lo conveniente y lo dañoso, lo justo y lo injusto, y es exclusivo del hombre el tener él solo, el sentido del bien y del mal, de lo justo y de lo injusto, etcétera, y la comunidad de estas cosas es lo que constituye la casa y la ciudad (Política, I, 2, 1253a11-17).

Es evidente que si la ciudad es cada vez más unitaria, dejará de ser ciudad, pues la ciudad  es por su naturaleza una multiplicidad y al hacerse más una, se convertirá de ciudad en casa y de casa en hombre, ya que podemos decir que la casa es más unitaria y el individuo más que la casa (Política. II, 2, 1261a16-20).

La casa es más autárquica que el individuo, y la ciudad más que la casa; y sólo habrá ciudad cuando resulta autárquica y suficiente la comunidad numérica. Por tanto, si es preferible lo más autárquico, también debe preferirse lo menos a lo más unitario (Política, II, 2, 1261b10-15).

En general, la convivencia y la comunidad son difíciles en todas las cosas humanas...

 




 

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