Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

sábado, 1 de enero de 2022

Charla con Emilio Lamorena

Mi amigo me llamó ayer cuando la tarde estaba declinando para felicitarme y nos pusimos a charlar. A pegar la hebra, dice él; porque es consciente de que la conversación se alargará como es habitual entre nosotros cuando decidimos comunicarnos por teléfono. Emilio, a pesar de que es de mi quinta -es decir, que lo nacieron recién terminada la guerra civil-, se ha distinguido siempre, entre otras muchas cosas, por tener muy buena memoria. Y a mí se me ocurrió ponerla a prueba en cuanto salió a relucir la conversación sobre el virus y el uso de las mascarillas. Así que le pregunté: ¿A qué pasaje de nuestra incipiente adolescencia te recuerda la mascarilla?...

Emilio, sorprendido por la inesperada pregunta, me pidió unos segundos de reflexión, y respondió antes de lo que yo esperaba: "Al antifaz del Coyote". Y, por si fuera poco, siguió chamullando al respecto: "Como tú sabes, Manolo, lo que más se leía en la España de los 40 y parte de los 50 era sin duda El Coyote, la famosa serie de aventuras de J, Mallorquí. En la hora del racionamiento, del estraperlo y las depresiones vitales, don César de Echagüe era, además de divertido, la sólida economía casera, el buen sentido administrativo, y esto les convenía a los españoles de los años ya reseñados. ¡Ah!, antes de que se me olvide: El antifaz del Coyote no era un simple elemento estético en aquellos años de heridas aún abiertas y de mal reprimidos enconos. Quizá por eso El Coyote batió todos los récords de venta". 


-A propósito, dijo mi amigo, qué recuerdos guardas tú de esa época... 

La de las canciones de Concha Piquer que no han sido superadas. Y cuando Rina Celi pregonaba "Es tarde de fútbol"  Y, desde luego, me quedaba embobado mirando a las parejas que bailaban muy "agarrao" en los patios de vecinos durante la celebración de un bautizo o de una boda. Y, por encima de todo, el gol que Zarra  le marcó a Inglaterra en el Mundial de Brasil de 1950. 






No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.