Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

jueves, 27 de enero de 2022

Ni perdono ni olvido

Un conocido de toda la vida, con quien hablo de tarde en tarde, menciona en la conversación el nombre de un dirigente de fútbol, y yo le respondo con celeridad: ¡Lagarto, lagarto! Dado que pertenecía a la camarilla de Pablo Porta. Del cual me prometí un día que jamás volvería a decir una palabra. Pero hoy, leyendo el Temario 1983 Volviendo a Empezar, me topo con dos páginas dedicadas al entonces presidente de la Real Federación Española de Fútbol. Así que los recuerdos que tengo de él, almacenados en la alacena de la memoria, pugnan por salir. Y decido darles rienda suelta de manera sucinta.

De Pablo Porta me hablaba muy bien el delegado del equipo entrenado entonces por mí. Debido a que había tenido un cargo en el Colegio de Árbitros en las Islas Baleares. En 1975, siendo entrenador del RCD Mallorca, denuncié en la Federación de Fútbol de las Islas Baleares el dinero que le habían ofrecido a mis jugadores si se dejaban ganar por el Mestalla en el Luis Sitjar. Y acordé con el presidente del organismo federativo cómo debíamos afrontar la situación. Lo propuesto salió tal y como habíamos planeado. Ni que decir tiene que se produjo un escándalo mayúsculo del que se hizo eco toda Europa. Fuimos portada de muchísimos periódicos.

Pablo Porta alabó mi forma de proceder contra la corrupción en el fútbol. Al día siguiente, estando yo en el terreno de juego dirigiendo una sesión de entrenamiento, me avisaron para que subiera a las oficinas del club que estaban en el Estadio. La secretaria me comunicó que el presidente de la RFEF estaba al otro lado del teléfono. Y, nada más ponerme en contacto con él, me dijo lo siguiente: "Mira, Manolo, he pensado que podrías haber cogido el dinero y mantenida la boca cerrada...". Y lo primero que se me ocurrió es mandarlo allá donde el viento da la vuelta, ante la mirada atónita de la oficinista.

La contestación del presidente de la RFEF fue la siguiente: "Despídete de entrenar en Primera División. Es más, espero que ningún equipo se atreva a contratarte...". Y no dudé en mandarlo, otra vez, lejos, muy lejos... Con los papeles perdidos, PP me decía de todo. Y, cuanto más bramaba, yo le contestaba con mordacidad. Un año después, de aquella tropelía federativa, me lo encontré en un hotel de Madrid, acompañado por el entonces presidente del Cádiz, y estuve a punto de hacerle una peineta.  







 






No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.