Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

jueves, 22 de septiembre de 2022

Más vale tarde que nunca

Dicho que me vino a la memoria nada más enterarme de que Luis Enrique no había seleccionado a Sergio Busquets. De quien siempre opiné que era un jugador sobrevalorado. A sabiendas de que recibiría un alud de críticas desagradables. Las cuales no cambiaron mi parecer acerca de las carencias del jugador nacido en Badía del Vallés. De quien dije que era ya una antigualla como mediocentro: posición vital del centro del campo. Es decir, un futbolista pasado de moda y que era un tormento para los centrales de su equipo, debido a sus escasos conocimientos defensivos. Y enumeraba sus deficiencias.

Busquets, Busi para sus amigos, se diluye ante el acoso de sus rivales. No soporta la presión que ejercen los equipos. Trata continuamente de soslayar su incomodidad desprendiéndose del balón con pasecitos cortos en espacios reducidos. O bien con aperturas a las bandas aunque los extremos se hallen marcados implacablemente. Nunca una acción individual exigida por las circunstancias del juego. Es decir, un futbolista plano en todos los sentidos. Y, por si fuera poco,  padece lo indecible en las basculaciones, de ahí que haya desterrado esa acción de su repertorio futbolístico. Es nulo en las ayudas, en las coberturas y en el juego aéreo. Y su lentitud es de tren carreta. En suma, el juego de Busquets hubiera sido una ruina para cualquier entrenador de equipo modesto que compitiera para salvar la categoría. 

Tales comentarios, cuando el jugador azulgrana e internacional indiscutible estaba en la cresta de la ola, daban la impresión de que su autor o estaba en Babia o no había visto un partido de fútbol en su vida. El Barcelona y la selección -con Busquets- ganaban cuando el mediocentro estaba rodeado de grandes jugadores que solían marcar más goles que sus rivales. Aunque el club estaba deseando desprenderse de él. Pero sus dirigentes temían la reacción airada de unos medios de comunicación favorables al futbolista. Y si no que le pregunten a Koemann, Valverde y Quique Setién. Xavi Hernández, sin embargo, ha tenido más suerte.



 

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