El seleccionador belga, Roberto Martínez, cada vez que le preguntan por Eden Hazard, le regala ditirambos a granel a quien fue figura indiscutible en la Premier League cuando era jugador del Chelsea. Dejando entrever que su ostracismo en el Madrid es culpa de sus entrenadores. Declaraciones que no se corresponden con la realidad. Pues qué más quisieran los técnicos del equipo blanco, y sobre todo Florentino Pérez, recuperar al futbolista que deslumbraba con su juego años atrás.
Yo disfruté de lo lindo de aquel Hazard veloz, regateador, refulgente y capaz de resolver partidos con sus disparos desde la media distancia y la eficacia de sus pases a los compañeros mejor situados. Durante dos temporadas no falté a mi cita con la televisión para pasarmelo en grande con las evoluciones del ya reseñado jugador en el fútbol inglés. Así que mi alegría se desbordó cuando el Real Madrid logró hacerse con los servicios de tan grande futbolista.
Pero, de pronto, surgió Thomas Meunier (defensa belga, compañero de Eden Hazard en la selección) y descalabró a la estrella blanca durante un amistoso Madrid-PSG. Sucedió en la temporada 2019. Certera fue la dura entrada de Meunier al pie de su compañero y amigo (!) En el mundo del toro se diría que fue una cornada de esas que el torero jamás olvida. Y que suele describir cómo se produjo. Si por error de él o del morlaco. Hazard, que yo sepa, nunca ha dicho ni pío de aquella embestida que tanto daño le ha causado. Y lo que te rondaré, morena.
Ahora bien, ateniéndome a la confianza que tiene depositada Roberto Martínez en EH, tengo ganas de ver al combinado belga para comprobar el rendimiento del jugador. Y si fuera notable, y no digamos si sobresaliente, Florentino Pérez habría de pedir a explicaciones a las partes correspondientes. Es decir, al entrenador y al jugador. Por razones obvias.
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