Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

jueves, 25 de mayo de 2023

Sobre el fútbol

Hubo un tiempo del siglo pasado, concretamente en los años cincuenta, en que los intelectuales iban a las veladas de boxeo y disfrutaban de lo lindo. Algunos de ellos escribían crónicas en periódicos de gran tirada que eran leídas con avidez. Yo me acuerdo de cómo el Campo del Gas de Madrid se ponía abarrotado para ver  a José Legrá, Pedro Carrasco, Javier Castillejo... Y asimismo los espectadores acudían prestos al recinto deportivo cuando se anunciaban combates de lucha libre en la década de los sesenta. Máxime si uno de los luchadores era el conocido como Marcos 'El maldito'.

En aquellos años, conocidos por los 'felices sesenta', el fútbol, gracias al Real Madrid liderado por Alfredo Di Stéfano, había logrado ya que el  Estadio Santiago Bernabéu se pusiera de bote en bote los días de partidos. Hasta el punto de que pronto se fueron llenando los aldedores de comercios varios y sobre todo de bares, restaurantes y tiendas dedicadas a la venta de artículo deportivos. Sin embargo, los escritores famosos seguían renegando del balompié a voz en cuello. Hasta que se descubrió que algunos de ellos se disfrazaban lo mejor posible y accedían al estadio de incógnito. 

Antonio Gala, por ejemplo, dado que no formó parte de ese grupo que aireaba lo contrario de lo que hacía en relación con el fútbol, mantuvo siempre esta opinión acerca del deporte rey "Como negocio, el fútbol me da asco. Porque manipula y tergiversa una pasión honesta del ser humano: el amor a su equipo y a sus representantes. La desvirtúa, la prostituye, la extorsiona. Como negocio, el fútbol, ¿a quién se le ocurriría decir que es un bien común (sobre todo al aparentemente atroz fútbol español)? Ese engaño capitalista y nauseabundo en que se ha transformado el deporte que se llama fútbol. El fútbol, como el agua, abre fosos de resentimientos y de enconos para que luego hablemos de nacionalismos".

Antes, mucho antes de que se publicara El don de la palabra; título del libro en el cual viene lo antes reseñado por el escritor cordobés, yo conocí lo mejor y lo peor del fútbol. El más grande de los deportes y, por consiguiente, también el que cuenta entre sus filas con no pocos burócratas de baja estofa. En el fútbol, sin duda alguna, conviene erradicar los insultos -por sistema- de los espectadores a los árbitros, jugadores, directivos y seguidores de los equipos rivales. Y qué decir de los agravios que han de soportar los entrenadores en cuanto acceden a su sitio en el campo.  Historias tengo para contar. 





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