Así se lo digo a Pedro Castaño, madridista fetén, cuando éste se queja de los goles que encaja su equipo en el juego por elevación. Mi amigo responde a media vuelta de manivela: "Lo que está ocurriendo ya me lo anticipaste tras la lesión del portero belga. Y yo no le di importancia a tu opinión: "El Real Madrid hacía ya mucho tiempo que necesitaba bajo los palos a alguien que midiera dos metros para hacerse el dueño del área chica y que además tuviera facilidad de movimiento para atajar balones a ras de suelo y velocidad para las anticipaciones. Amén de esas cualidades, hiciste hincapié en la mejora de su juego con los pies".
Mi parecer al respecto fue tan obvio como carente de mérito. De ahí que no me sorprenda lo que viene ocurriendo cada vez que los rivales deciden aprovecharse de la debilidad defensiva del Madrid en ese espacio. Por lo tanto, los guardametas han de hacerse notar siempre en esa zona del terreno de juego. Lo cual no ha sucedido ni con Lunin ni con Kepa. Y no creo que mejoren; pues bajo el travesaño han encontrado su 'rincón de seguridad'. Y les cuesta lo indecible salir de lo que vulgarmente llaman la 'cueva'. Es más, cuando deciden hacerlo, se les ve la inseguridad con la que actúan.
La baja de Thibaut Courtois, pues, está causando desazón en el equipo. Sabedores sus componentes de la valía de un portero cuya sobriedad y seguridad, revestidas en muchas ocasiones con paradas inconcebibles, era sinónimo de victoria. Ojalá que su regreso sea lo más pronto posible y se produzca sin menoscabo físico. También sería necesario la presencia de un delantero centro que hiciera olvidar la ausencia de Benzema.
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