Los jugadores blancos doblegaron al Barcelona con un juego tan práctico como veloz. Todo comenzó con Vinicius Juniór. El cual tuvo media hora clamorosa. En la que además de destrozar el sistema defensivo de los azulgrana lo culminó con tres goles y asistencias varias atiborradas de muchísima calidad. El tanto de Lewandowski en el minuto treinta no hizo mella alguna en el Madrid. Hasta el punto de que Rüdiger hizo el cuarto cuando se llevaban jugado quince minutos de la segunda parte. Así que nadie podrá decir que la expulsión de Araújo (70') influyó en el resultado
La superioridad del Madrid se basó en algo que no había hecho en anteriores encuentros con el equipo culé. Evitar que Frenkie de Jong impusiera el ritmo del partido. En ese menester participó Tchouamení con una labor ingrata y tremendamente eficaz. Ancelotti tiene la suerte de contar con varios extremos sensacionales. De ahí que Vinicius y Rodrygo hayan decidido no dormirse en los laureles por si las moscas... Es decir, porque son conscientes de la calidad que atesoran Brahim Díaz y Arda Güler.
En suma, que ayer, de haber apretado el Madrid, seguramente el Barcelona habría recibido una goleada de escándalo. Debido a que la superioridad blanca invitaba a cebarse con el eterno rival. Aunque no tengo la menor duda de que Xavi Hernández estará ya arengando a los suyos para que se tomen la revancha en los próximos encuentros. Y hasta me imagino que se habrá dado cuenta de que con el tiquitaca de sus amores no es fácil superar al Madrid. O sea.
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