Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

miércoles, 14 de febrero de 2024

El momento de Brahim Díaz

En la final de la Supercopa de España Madrid-Barcelona con victoria del primero por 4-1, quien escribe se expresó de esta guisa el 15 de enero: "Ancelotti tiene la suerte de contar con varios extremos sensacionales. De ahí que Vinicius y Rodrygo hayan decidido no dormirse en los laureles por si las moscas... Es decir, porque son conscientes de la calidad que atesoran Brahim Díaz y Arda Güler".  Calidad que ayer evidenció el malagueño, una vez más, en El Real Bull Arena frente al Leipzig. Tarea nada fácil frente a un equipo alemán. En cualquier momento, si las lesiones no se lo impiden, el turco deleitará también con su juego.

Insisto: ganar en Alemania nunca es fácil para ningún equipo. Es más, hubo un tiempo en que el Madrid pasaba las de Caín cuando le tocaba medirse a los mejores equipos de la Bundesliga. De modo que no me sorprendió la superioridad demostrada por el Leipzig durante veintitantos minutos de la primera parte. Dominio que no se tradujo en goles porque Lunin, la suerte y el gol anulado a los germanos lo impidieron. Amén de que el Madrid sabe capear esos temporales sin perder la compostura. Y, por si fuera poco, a Brahim se le ocurrió marcar un golazo en el minuto 48. 

El Madrid volvió a demostrar en el Red Bull Arena que es capaz de sobreponerse a todos los contratiempos que vayan surgiendo en forma de lesiones. Verbigracia: tiene dos guardametas lesionados y Lunin responde bajos los palos con la seguridad que se le exige a los porteros de un equipo que intervienen poco. Y qué decir de las bajas de los centrales; demarcación importantísima que vienen cubriendo centrocampistas que nunca jugaron en sitio de tanta responsabilidad

En lo tocante a su figura indiscutible, es decir, Jude Bellingham, si no juega redoblan esfuerzos los ya consagrados Vinicius y Rodrygo. En fin, que el Madrid es el Madrid incluso cuando la enfermería está saturada por los esfuerzos exigidos a futbolistas que pertenecen a un club donde ganar, ganar y ganar es una obligación. O sea.


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