Partido pésimo del Madrid frente a un Lille que mereció la victoria

El Real Madrid está de capa caída tanto física como técnicamente. Su juego no convence y los equipos le pierden el respeto tanto en el Bernabéu como fuera de su estadio. Así que el Lille se había aprendido la lección de cómo hay que jugarle al equipo merengue y a fe que acertó plenamente. Puesto que no sólo ganó el partido por un tanto a cero sino que pudo marcar más goles. Y lo hizo jugando bajo el sistema 4-4-2. Tan clásico como difícil de interpretarlo con eficacia. Mas los franceses lo hicieron de manera práctica y con una solvencia que desarboló al conjunto dirigido por Carlo Ancelotti.  

No es la primera vez que el equipo blanco se ha visto sometido al dominio de sus adversarios y no ha sabido responder con contundencia. Verbigracia: en La Liga se las ha visto y deseado para sacar sus partidos adelantes. Los jugadores del Madrid están actuando como si los contrarios les tuvieran tanto respeto que al final acabarán cometiendo pifias que les proporcionará la victoria. 

Sus futbolistas, además, han dado en la manía de tocar y tocar el balón, como si estuvieran jugando un rondo, a fin de reservar energías. Sí, claro que sé que la carga de partidos es enorme. Mas tampoco es menos cierto que la plantilla es tan amplia como buena técnicamente. Y por tanto no hay motivos para las quejas acerca del cansancio. En el Estadio Pierre Mauroy, mientras los jugadores del Lille corrían como liebres, los del Madrid se entretenían en hacer arabescos que acababan en desaciertos.

Mbappé no tocó balón alguno y por tanto no hizo nada destacable. Verdad es que sus compañeros parecen conchabados para que Kylian no destaque como le corresponde por su fama. Lo mismo sucede con Jude Bellingham; si bien éste procura buscarse la vida por su cuenta. Lo cual tampoco es rentable para el conjunto. Y qué decir de Vinicius Juniór... Pues que al brasileño le han convencido de que debe participar más en el juego de conjunto. Y, claro, el Madrid echa de menos las genialidades del brasileño por su banda dando regates a granel y sacándole renta a su extraordinaria velocidad conduciendo balones. 

En suma, que los refuerzos del Madrid no han sido moco de pavo. No obstante, los resultados no son los debidos. La derrota en tierras francesas, todo hay que decirlo, no supone ningún peligro. Pero el prestigio del Madrid exige ganar, ganar y ganar. Las derrotas se conciben cuando los rivales sean mejores. El Lille, con todos mis respetos, y que fue merecedor de la victoria, no es equipo para derrotar al Madrid.  

¡Ah, antes de que se me olvide, ya va siendo hora de que Ancelotti le diga a Eduardo Camavinga que no juegue con los brazos despegados del cuerpo dentro del área como si estuviera planeando! Por tal motivo, esta vez le pitaron el penalti que supuso la derrota de su equipo. Es decir...